Baja respaldo a democracia pero crece el optimismo

Baja respaldo a democracia pero crece el optimismo

Santiago de Chile (EFE).- La democracia cuenta hoy en numerosos países latinoamericanos con menos respaldo que en 1996, aunque existe un mayor optimismo sobre la economía, según el estudio “Latinobarómetro 2005”, dado a conocer hoy en Santiago de Chile. “Desgraciadamente, podemos decir que después de diez años, en cuanto a democracia no ha pasado casi nada en la región”, dijo a EFE la socióloga Marta lagos, directora de la corporación Latinobarómetro, que desde 1995 efectúa sondeos sobre el asunto.

La muestra, que abarcó este año 20.209 entrevistas cara a cara en 18 países de la región, entre el 1 de agosto y el 10 de septiembre, consigna que un 53 por ciento de los latinoamericanos apoya la democracia, frente a un 63 por ciento en 1997.

Esta caída, según el análisis, se debe a la crisis económica que afectó a la mayoría de los países de la región entre 1998 y 2002, aunque el estudio establece que las carencias económicas no pesaron lo suficiente para minar las bases de la democracia.

“La mitad de la población de la región apoya la democracia más allá de las crisis económicas y más allá de las inestabilidades de los gobiernos a lo largo de la década”, señala el documento, que además constata que sólo el 15 por ciento de los consultados apoya regímenes autoritarios.

Al respecto, Marta Lagos subrayó que “el autoritarismo en América Latina hoy se ve totalmente en la trastienda”.

“Es una cosa del pasado, hoy las demandas son por progreso, economía desarrollada, inversiones, mayores ingresos, empleo, menores desigualdades, mayor movilidad social e inclusión, cosas que no están en la agenda, pero que están detrás del voto tanto en Chile como en la región”, afirmó.

“Estas demandas antiguamente eran las demandas de la vieja izquierda y hoy han sido asimiladas por todo el espectro político”, subrayó.

Destacó que este marco político contrasta con el creciente apoyo al libre mercado.

Según la muestra, la satisfacción con el mercado alcanza al 27 por ciento, cifra que representa un aumento de 8 puntos respecto a la medición de 2004.

En tanto, la evaluación de la situación económica personal, viene creciendo desde el año 2001, de un 23 a un 31 por ciento en 2005.

Lidera este ránking Chile, donde el 62 por ciento de sus habitantes considera que su país está progresando y le sigue Venezuela, con 54 por ciento, mientras Ecuador está al final con un 11 por ciento.

En tanto, el 54 por ciento de los ciudadanos de la región considera que sus hijos vivirán mejor que ellos y el país más optimista es Chile, con un 76 por ciento, seguido de Brasil, con un 67 por ciento, la República Dominicana, con un 65 por ciento y Honduras, con un 61 por ciento.

Según Marta Lagos, estas expectativas superan la capacidad de respuesta de los gobiernos.

“Lo que espera América Latina es una gran presión hacia los gobiernos para que entreguen mayores bienes, tanto políticos como económicos”, dijo.

“Esta es una crisis anunciada, pues los gobiernos no podrán cumplir con estas expectativas” advirtió.

“La presión de las expectativas sobre los gobiernos hoy día es enorme y es muy pareja a lo largo de la región. Es una amenaza a la gobernabilidad, por eso, el manejo de las expectativas es la variable más importante que hay que controlar para poder gobernar América Latina”, sentenció.

Lagos añadió que hay mandatarios identificados con la izquierda que han logrado interpretar estas demandas sociales y políticas en los últimos años, entre éstos, Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, Néstor Kirchner, en Argentina, y Tabaré Vázquez en Uruguay.

A su juicio, por esta misma razón, la candidata socialista a la presidencia, Michelle Bachelet, es favorita según las encuestas en Chile, mientras el candidato de los partidos Humanista y Comunista, Tomás Hirsh, ha crecido en las últimas mediciones.

“La mayor parte de los votantes están desde el centro a la izquierda y no desde el centro a la derecha, porque las demandas mayoritarias están en lo que eran las demandas de la vieja izquierda extraparlamentaria”, reiteró.

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