Bajemos la guardia

Bajemos la guardia

Vivir a la defensiva, muchas veces nos lleva a reaccionar tan agresivamente como lo hacen aquellas personas de las que supuestamente nos defendemos. Y es posible que al hacerlo nos sintamos justificados, ya sea porque el otro comenzó la discusión, porque nos ofendió, o porque estamos tan acostumbrados a que nos agredan y traten de culparnos por algo que no hemos hecho, que ya simplemente reaccionamos en automático, sin conciencia de lo que hacemos o decimos para  defendernos.

Tendríamos que detenernos a reflexionar sobre nuestro comportamiento defensivo, sin juzgarnos, de forma objetiva y realista, para descubrir: ¿De dónde viene? y si con él, podemos realmente solucionar o aclarar el conflicto que enfrentamos, porque pudiéramos agravarlo con nuestra reacción. Mientras tengamos una disculpa para actuar como lo hacemos, no cambiaremos nuestro comportamiento, y lo más grave, no evitaremos que nos vuelva a suceder.

Todos estamos afectados en mayor o menor medida por algunas de las experiencias que tuvimos en nuestra infancia. Si crecimos en un hogar donde se buscaba un culpable de todo lo negativo que sucediera en lugar de ofrecer soluciones a  esos conflictos, para que no se repitieran y pudiéramos sacar algo positivo de esa experiencia, seguramente aprendimos a defendernos, y a decir frases como: “Yo no fui”, “yo no lo vi”… o porque al asumir nuestra responsabilidad, en lugar de una frase de reconocimiento nos ganábamos una gran represalia.

Es importante que aprendamos a bajar nuestro nivel de reacción, especialmente en la relación con nuestras personas mas queridas. Responder con violencia al comportamiento o la actitud diferente o equivocada de nuestra pareja, agravará el conflcto y nos  impedirá tener la claridad que necesitamos para actuar de una forma mas efectiva al querer solucionarlo.

Con esto no quiero decir que debes permitirle a los demás que te abusen. Tienes derecho a poner límites, a expresar tus sentimientos, tus desacuerdos y necesidades, pero con serenidad y asertividad. Hagamos la prueba. Cambiemos nuestra actitud y comportamiento negativo, evitemos estar a la defensiva, ayudémonos con la respiración para liberar las emociones que se concentran en nuestro pecho o en la boca del estomago y que son el disparador de nuestras reacciones mas comunes. 

Decidamos que mantener la armonía en nuestra relación es mucho más importante que responder con el ego, para evitar sentirnos unos minutos después, mal por lo que dijimos y sentimos, o por lo que nos hicieron.

No nos dejemos arrastrar hacia ese rincón oscuro donde lo único que podemos sentir es vacío, resentimiento y malestar.

En una relación debe existir espacio suficiente para  la expresión de nuestras diferencias individuales, y a menos que estas vayan en detrimento de nuestra dignidad o bienestar en cuyo caso tenemos derecho a establecer límites, el amor y el respeto que sintamos los unos por los otros, harán que podamos superar el conflicto y mantener el bienestar de la relación.

Algunas claves para mejorar la comunicación:

SERENAR LAS EMOCIONES. Aprender a respirar conscientemente para mantener la calma y la claridad que nos permita actuar y responder con la intención de solucionar la situación. No tiene sentido discutir cuando estamos afectados.

ESCUCHAR, ANTES DE REACCIONAR. Cuando estamos muy cansados o alterados emocionalmente, en lugar de escuchar con atención a la otra persona, para responder o actuar de una manera conciliadora, muchas veces reaccionamos a lo que interpretamos que nos quiere decir.

CONVERSAR CON SERENIDAD. Eviten caer en los insultos. Piensen por unos segundos en cómo se sentirá la otra persona unos minutos más tarde. El que esté menos alterado de los dos, debe escuchar al otro sin interrumpirle y sin justificarse, mirándolo a los ojos y con actitud de compresión. Luego, esperar el momento en que se haya calmado para hablar y aclarar  o resolver la situación.

CONCÉNTRENSE EN LOS ASPECTOS POSITIVOS DE LA RELACIÓN. En lugar de fijarse en las diferencias, vale la pena que rescaten los elementos afines entre los dos. Si se sienten cargados de estrés, eviten conversar sobre asuntos personales.

CUENTEN HASTA CIEN SI FUESE NECESARIO.

Una vez que haya bajado el nivel emocional de la discusión, y todos se hayan calmado, expresa claramente tu punto de vista  y procura aclarar la situación para que no se vuelva a repetir.

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