Cuando publiqué en este breve espacio mi artículo “Cuando la Iglesia Habla”, el pasado miércoles 17 de abril, nunca pensé que volvería a tocar ese tema. No había que esperar el sermón de las siete palabras conmemorando la crucifixión de Jesús en la cruz de parte de la clerecía católica para convencerse de que la Iglesia había decidido romper, no solo con Danilo y su aspiración de perpetuarse en el poder reformando la Constitución, incumpliendo su sagrado compromiso; también con Leonel y su pretendida tercera vuelta a la Silla del Águila por idénticas razones: porque todo huele a continuismo y así no puede ser…
Considere que la inmediata reacción contra el exabrupto del secretario general del PLD y presidente del Senado de la República, amenazando con llevar a un juicio político a los honorables jueces del Tribunal Superior Electoral, Dr. Román Jáquez Liranzo, presidente; Dr. Santiago Sosa y Dra. Rafaelina Peralta, quienes, en uso legítimo de sus atribuciones, comprobadas lasdenuncias de irregularidades y violaciones del Reglamento Estatutario, procedieron a declarar nulas las Convenciones Generales Ordinaria y Extraordinaria (2015) celebradas por el Partido Revolucionario Dominicana (PRD) habiendo sido escogido en esa última el Ing. Miguel Vargas Maldonado, presidente de ese Partido, como su candidato presidencial, siendo inscrito por la Junta Central Electoral para participar en la contienda electoral de mayo del 2016, alcanzando un mínimo de votos, luego designado como canciller de la República, siendo un fuerte aliado de la maquinaria del PLD y del Presidente Danilo Medina.
A esa destemplada amenaza se agregan las alegadas intervenciones intimidatorias de dos ministros del Gobierno y del procurador general de la República, a quienes de inmediato le salieron al paso miembros prominentes de la alta Jerarquía Católica, encabezada por monseñor Francisco Ozoria, quien denunciara que aquel arrebato constituía una seria amenaza de dictadura, a la que se unieron declaraciones y pronunciamientos similares de instituciones respetables, Participación Ciudadana, Finjus y otras entidades y partidos políticos de la oposición, llegando a tal punto que no faltaron editoriales de periódicos de peso completo como Listín Diario y Hoy, entre otros.
Hace 13 años, un viernes 7 de abril, publiqué en este mismo periódico, un artículo que titulé “Bajo la Dictadura”, tomado del ensayo del laureado escritor Garcia Godoy que señalaba el camino a seguir: “Hay que formar con fines políticos, conforme lo permitan las circunstancias, un fuerte, un sólido bloque que ofrezca formidable resistencia a ambiciones bastardas, a la concupiscencia, a los mercantilismos, a las intenciones vitandas que marchan de continuo al asalto del poder público. Y así tendremos paz fecunda, instrucción, trabajo, verdadera instituciones republicanas.”
La solución a la incapacidad, las deficiencias y el desorden institucionalizado que ponen en peligro de muerte la democracia como sistema de vida, habrá que buscarla por otros derroteros.
Aunque muchos se empeñen en negar esa posibilidad y desesperen, no nos queda, a los mensajeros de la utopía, otra opción posible. Siempre posible, si asumimos el compromiso.