Bajo tiros, el instinto predomina

Bajo tiros, el instinto predomina

Bernardo Vega, en un artículo publicado ayer, comenta que “el PLD comenzó bien en 1996 pero se mueve hacia una izquierda estatizante”. Esa percepción la compartimos un creciente número de dominicanos. Y no augura nada bueno…

Cuando Bosch fundó el PLD en 1973, había completado una importante metamorfosis política originada por su desencanto con la democracia tras haber sido derrocado en 1963. Durante esos diez años, Bosch estuvo en el exilio, escribió importantes obras sociológicas, y se hizo marxista.

Bosch regresó a Santo Domingo en 1970, y se encontró al PRD sacudido por los enfrentamientos internos, entre quienes coincidían con la extrema izquierda al propugnar por luchar contra Balaguer con guerrillas urbanas, por un lado, y por el otro los “viejos robles” que abogaban por métodos democráticos pacíficos. Incapaz de reconciliar las facciones perredeístas, y ante el clima de violencia política, Bosch impuso su parecer para que el PRD se abstuviera de participar en las elecciones de 1970.

El ex-presidente desarrolló entonces una estrafalaria tesis política: la “dictadura con respaldo popular”, influida por sus visitas a China, Vietnam del Norte y Corea del Norte. La mayoría de quienes pudieran hoy llamarse “viejos robles” del peledeísmo compartían esa equivocada cosmovisión, o “weltanschauung” boschista. Pero pese al despiste en cuanto a cómo realmente funcionan la economía y la democracia, el PLD fue construyendo una ética fundamentada en el rechazo a la corrupción, al desorden, al clientelismo y a instrumentalización del partidarismo por parásitos sociales.

Así se diferenciaban de reformistas y perredeístas.  Pero esa diferencia ética no bastaba para arribar al poder. No fue sino hasta 1990, cuando el propio Bosch, en un excelente y dramático discurso ante la Cámara Americana de Comercio, reconoció la superioridad del capitalismo y la necesidad de cimentar el progreso del pueblo en la empresa privada. Ese giro le significó al PLD un alud de votos tan inmenso, que sólo las mañas post-electorales de Balaguer le permitieron permanecer en el poder, según documentó el propio doctor Leonel Fernández en un libro que muchos quisieran olvidar.

Hoy, confundidos por su propia indecisión, aletargados por desperdiciar el poder, abrumados por la manifiesta incompetencia de funcionarios empeñados en probar el principio de Peter, los del PLD, en vez de rescatar su valiosa ética intentan revivir su faceta disparatosa. De no enderezar el rumbo, las perspectivas dan grima… Ojalá reaccione el Presidente.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas