Bajo una llovizna fría, Dallas recuerda a Kennedy para «dar vuelta la página»

Bajo una llovizna fría, Dallas recuerda a Kennedy para «dar vuelta la página»

DALLAS, Estados Unidos. AFP. A diferencia del sol que brillaba en Dallas el día en que el presidente estadounidense John F. Kennedy fue asesinado hace 50 años, una fría llovizna caía el viernes sobre la multitud congregada en Dealey Plaza para recordar la tragedia.

El cielo cubierto reflejaba el sombrío estado de ánimo de las miles de personas reunidas para la conmemoración oficial en Dallas, Texas (sur de Estados Unidos), que luchó durante mucho tiempo para sacarse de encima la reputación de «Ciudad del odio».

Carol Wilson, de 68 años, estaba entre los muchos que salieron a la calle hace cinco décadas para saludar al joven y apuesto presidente y a su glamorosa esposa Jaqueline vestida de color rosa.

«Lo amábamos», dijo Wilson al describir cómo se sentía cuando Kennedy pasó frente a ella en una limusina descapotable el 22 de noviembre de 1963. Su alegría duró poco. Mientras la caravana avanzaba, el francotirador Lee Harvey Oswald apuntó con un rifle desde una ventana del sexto piso del Depósito de libros escolares de Texas y le disparó al 35º presidente de la nación.

«Cuando lo escuché no lo podía creer. Fue impactante», dijo a la AFP mientras esperaba la ceremonia de conmemoración en Dallas, una ciudad del sur que desconfiaba de la fe católica y la política liberal del presidente del norte. «Espero que la gente se dé cuenta de que nosotros no somos responsables. Me gustaría poder volver atrás en el tiempo y cambiar eso», dijo.

Ellen Byrd, de 68 años, también fue testigo de aquel fatídico día, pero no se enteró de que habían disparado al presidente hasta que volvió a su dormitorio de la universidad. «Me sentí muy triste», recordó Byrd, ahora administradora universitaria, lamentando lo conmocionada que estaba Jackie Kennedy al ver caer a su marido herido. «Pensé que era muy hermosa cuando la vi».

«Alegría y tristeza a la vez». La brutal muerte televisada del joven presidente, un oscuro punto de inflexión en una época marcada por la disputa nuclear de la Guerra Fría y el derramamiento de sangre en las selvas de Vietnam, conmocionó a millones de personas en todo el mundo.

Asesinado a los 46 años edad y a mitad de su mandato, Kennedy se ha convertido en un símbolo de la nobleza perdida de la política y su elevada retórica y sus llamados a servir al país siguen siendo inspiradores. El empresario canadiense Ross Doughty, de 63 años, voló desde Toronto para asistir a la conmemoración. «Quería venir por razones históricas.

Quería homenajearlo», dijo a la AFP. «(Su muerte) nos impactó a todos, no sólo a Estados Unidos», dijo. El asesinato marcó la juventud de Michael Moore, un residente de Dallas que sólo tenía cinco años en ese momento. Moore va a Dealey Plaza todos los años para recordar la fecha y dijo que no pudo aceptar la conclusión oficial de que Oswald -un ex miembro de la Infantería de Marina de Estados Unidos y militante comunista que terminó siendo desertor soviético- actuó solo.

Pero eso no quiere decir que Doughty apoye a los adeptos a las teorías de la conspiración, que hacen peregrinajes regulares a Dealey Plaza. «(La fecha) está más dignificada este año», dijo Moore, quien llegó a las 06H45 de la mañana, cinco horas antes del inicio de la ceremonia oficial. Roy Whidley, de 67 años, dijo que esperaba que la conmemoración permita a Dallas -y a la nación- sanar completamente las heridas que dejó la tragedia.

«Siento alegría y tristeza a la vez», dijo mientras un viento helado soplaba en el lugar. «Fue asesinado aquí, en esta calle. Eso es triste.

La ciudad quedó muy conmocionada por eso. Pero me alegro de que podamos celebrar su gran legado», afirmó Whidley. Y agregó: «Espero que esto permita dar vuelta la página y que el resto del mundo nos pueda perdonar».

Publicaciones Relacionadas