Los bajos salarios que devengan los maestros, los préstamos que toman en la cooperativa y de prestamistas particulares, así como los descuentos que por diferentes vías y de manera automática se les deducen, provocan que la mayoría de esos profesionales terminen los 25 de cada mes, día de pago, con déficit presupuestario.
Varios maestros argumentan que el endeudarse es la única alternativa que tienen para poder suplir sus necesidades fundamentales. Ese endeudamiento muchas veces supera su capacidad de ingresos.
El maestro que no tiene préstamos no puede subsistir. Por eso creo que la demanda que hacemos los maestros es correcta. Lo que una gana no da para mantener siquiera un hijo dijo de manera enérgica la maestra Ana Lidia Soriano, de la escuela Elvira de Mendoza, en Boca Chica.