Bala perdida cambió su vida

Bala perdida cambió su vida

POR DIEGO PESQUEIRA
“Una bala perdida arrebató el futuro de mi vida. Ya nada es igual desde aquel primero de enero del 2003. Mi gente ya no tiene confianza en mi trabajo, pero anhelo volver a ser el Francis de antes, que organizaba eventos y era admirado por la comunidad”, expresó el joven Francis Mieses, quien sobrevivió al impacto de una bala perdida durante la celebración del año nuevo de 2003.

A dos años de ser alcanzado por una bala en la cabeza, Mieses, un ex fogoso dirigente clubístico y profesor de educación física, no ha recuperado sus facultades motoras, pierde la memoria y se siente abandonado por su “gente”.

Con sus ojos aguados, Francis da gracias a Dios por su recuperación y afirma que las oraciones de seres queridos le salvaron la vida.

Sostiene que Dios ha sido el eje principal de su progreso, puesto que los médicos dudaban de su recuperación.

“El Francis que tú conociste, que organizaba eventos de lucha en los cuales tú participabas, desapareció”, dijo al redactor de esta información. Confesó que anhela volver a ser la misma persona que años atrás organizaba actividades deportivas y culturales, recibiendo gran apoyo de autoridades y empresarios.

A pesar de la situación por la que atraviesa, Francis afirma llevar una vida sentimental excelente, lamentando que hasta la fecha no ha procreado hijos.

Cuando se le preguntó donde vivía, puesto que sólo pasa los días con su madre Dominga y su padre Fabio, dijo con ciertas dificultades Doctor Betances, 20, altos.

Recordar la dirección de la casa donde vive originó elogios por parte de su madre y hermana Purísima Mieses. Cada día Francis llega a la casa materna en horas de la mañana y pasa prácticamente todo el día jugando solitaria.

UN ABUSO

Francis, quien habló a Hoy en la residencia de sus padres de la calle 11 de Julio,  en sector San Carlos, Distrito Nacional, calificó como un abuso de las autoridades otorgar una licencia a personas sin la debida capacidad para portar un arma de fuego. Dijo estar consciente de que muchas personas han sido dañadas por balas perdidas.

LOS HECHOS

El 31 de diciembre del año 2002, Francis en compañía de familiares y amigo, se reunió en el club San Carlos para celebrar la llegada del nuevo año 2003.

Al igual que años anteriores, la vida de Francis junto a sus amigos, era todo felicidad.

Pero la celebración de Francis y sus familiares fue arruinada por una persona sin escrúpulos, todavía desconocida, que disparó su arma al aire y en segundos le arrebató el futuro.

La bala impactó la cabeza de Francis alrededor de la 2:30 de la madrugada, situación de la cual no se percató en lo inmediato.

Francis, de 32 años, pasó un mes hospitalizado en la sala de cuidados intensivos de la clínica Rodríguez Santos.

El neurocirujano Marcos Valdez diagnosticó que la bala “penetró en la cabeza, rompió el hueso y la capa que cubre el cerebro y fue destruyendo la masa cerebral hasta llegar a una zona paraventricular donde hay grandes vasos”.

La recuperación de Francis ha sorprendido a los especialistas que lo tratan y muchas personas cercanas, incluyendo a sus familiares.

AYUDA

Mieses, todavía pierde la memoria y olvida algunas cosas, como direcciones, pero tiene presente una ayuda de RD$2,000 que recientemente le asignó el secretario de Deportes, Felipe Payano, a través del programa denominado PARNI.

“Sí, ahora recibo una ayuda de El Soti (Soterio Ramírez) y mi amigo Jay, quien me conoce desde que yo jugaba. Tu recuerdas eso campeón”, dijo a este reportero.

El redactor de esta crónica compartió parte de su vida junto a Francis en el sector San Carlos y en el club Los Canarios.

VISITÓ A BIELKA

Francis relató que hizo una visita a la niña Bielka Colón, quien se encuentra interna en la Plaza de la Salud, tras ser herida por una bala perdida.

Narró que aunque no pudo ver a la niña herida, se sintió bien al poder conversar con los padres de la infante, a quienes le dijo que tuvieran fe y esperanza.

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