Balaguer en Washington y Noriega

Balaguer en Washington y Noriega

Como testigo de excepción por haber acompañado al Presidente Balaguer en su visita a la Casa Blanca, en ocasión del aniversario de su fallecimiento, de la ahora efectuada por el Presidente Fernández, de la condena de Noriega en Francia y lo publicado al respecto, he considerado pertinente narrar incidencias de la misma.

Viajamos en vuelo comercial desde República Dominicana a Miami, donde el Presidente Reagan envió el avión presidencial norteamericano, “Air Force no. 1”,  para trasladarnos a Washington.

El presidente Balaguer se hospedó en la embajada dominicana, donde recibió a funcionarios norteamericanos e internacionales que desearan tratarle asuntos oficiales, resistiéndose a recibir personeros vinculados a intereses particulares.

Salió a visitar el Congreso y la Casa Blanca en vehículos proporcionados por el Gobierno norteamericano que nos  procuraron en la sede de la embajada portando banderas de ambas naciones.

En el portal de la Casa Blanca fue recibido por el Secretario de Estado en medio de vistosos ceremoniales militares.

Las reuniones fueron sin límite de tiempo: una privada entre presidentes, un almuerzo en el que participamos colaboradores de ambos y un  encuentro con la prensa en los jardines del Capitolio en el que habló en español.

Durante estos eventos no hubo exigencia alguna y las conversaciones estuvieron revestidas de cordialidad carialegre. Las miradas del Presidente norteamericano no ocultaban admiración a su par dominicano. Hubo elogios, no exigencias. Se repasaron todos los temas de interés común y no solo los de interés para los Estados Unidos.

 Reagan hizo que el Secretario del Tesoro rindiera cuentas de las ventajas de la administración privada del ahorro nacional. Ciertamente Reagan insinuó a Balaguer la posibilidad de acoger a Noriega. Pero Balaguer, parándose intempestivamente como para reflexionar la respuesta bajo la excusa real o aparente de ir al baño, reaccionó haciendo notar, al regresar, que   estábamos muy cerca de Panamá. Tanto como Honduras.Dado que antes, como ahora se tiene la percepción que los resultados  de este tipo de encuentros se miden por la cantidad de recursos obtenidos; en sus palabras ante los medios expectantes en la Casa Blanca, Balaguer, anticipándose a posibles preguntas sobre qué había obtenido en su visita, respondió que regresaría a su país “con las manos llenas de amistad”.Por mucho tiempo se ha pretendido hacer creer que el Presidente Balaguer mantuvo rezagado al país frente a la comunidad internacional, por lo que resulta pertinente narrar éstas incidencias para que la ciudadanía conozca, pondere y decida qué gobernante ha puesto más en alto la nación, incluyendo la dignidad y respeto de la investidura presidencial que ostenta.     

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