Balance de UN AÑO

Balance de UN AÑO

Las experiencias vividas en el año que termina privilegian los sentimientos sobre la racionalidad. Por eso las reflexiones que comparto en esta Navidad es lo que siento. Lo que me duele.

· Los amigos, familiares y conocidos, sobre todo jóvenes, que han decidido marcharse del país o preparan sus hijos para que puedan desarrollarse en un país donde se reconozca el mérito, que una vida digna no sea un privilegio y se respetan las leyes. Lamentar que ante la justificación de la partida solo pueda apelar a los sentimientos, no a certezas de que lo que añoramos, hoy carencias, serán realidad en un tiempo razonable. En vez de motivos para quedarse, se suceden los que inducen a la partida

· La conciencia de que la sociedad por la que muchos hemos luchado no la vamos a ver. Y que es posible que nuestros nietos tampoco. Los destructores de sueños parecen más eficaces que quienes los construyen

· Sin desarrollo humano y fortalecimiento institucional la pobreza se mantiene, la desigualdad aumenta, la exclusión permanece, las instituciones se prostituyen bajo la preeminencia de la voluntad personal y lo que es exigible por derecho se recibe como gratificación o dádiva

· La constatación de que el predominio del pensamiento conservador, que se manifestó desde el mismo momento de la Independencia, ahora es mayor que antes, gracias a que el ejercicio del poder ha mutado en conservadores a quienes proclamaban ideas liberales y discursos de modernidad. Y este proceso no se ha dado solo en algunos pocos, sino en muchos

· Los esfuerzos, con logros notables, de hacer confuso lo que está claro; que se pongan trabas cuando lo que conviene es dar facilidades. Lo que pasa con los dominicanos de ascendencia haitiana y la regularización de los inmigrantes es el mejor ejemplo: se dificulta ejecutar lo que es un mandato de la ley. Y no pasa nada

· La honorabilidad es poco reconocida. La perversidad en la política se presenta como éxito y en la economía como capacidad de gestión y en ambos casos cuando la justicia debe actuar, dictamina un “no ha lugar” o archiva el expediente

Las adversidades nos deben motivar a continuar. Aún con las ilusiones maltrechas, debemos evitar que nos quiten la esperanza. Resistir es una forma de luchar. Rafael Toribio, 2014.

Desde hace más de 30 años mi esposo Rafael Toribio, Toli, para mí, escribe el fin de año una carta que más que de felicitación por las fiestas, son profundas reflexiones sobre el país y el mundo. Como puede evidenciarse en este breve recuento, hace un balance interesante sobre los temas esenciales del país. Sus amigos esperan la misiva con ansias, incluso algunos la coleccionan.

Yo también quiero compartir mis reflexiones:

1. Creo que en el país, las fuerzas más conservadoras están ganando espacio social y político. A pesar de que numéricamente son un puñado, saben hacer bulla, mucha bulla y tocar las fibras más sensibles de los detentores de los poderes políticos. Por eso escribí, en mi libro acerca de Ulises Francisco Espaillat, que el proyecto liberal sigue siendo “Una utopía inconclusa”. Tal es eso, que la utopía nunca llegará, y solo, como dice Eduardo Galeano, nos sirve para caminar.

2. Evalúo como positivo la creación de las veedurías ciudadanas a los organismos estatales. Es una experiencia nueva que va tomando forma, pero temo que una vez finalice este gobierno desaparecerán como otras importantes e interesantes iniciativas.

3. Fui partidaria, lo soy todavía, de que a Educación se le diera el 4%, pero tengo mis temores, como muchos otros. El volumen de recursos que está manejando el Minerd es muy alto y puede ser utilizado sin la racionalidad necesaria. Como muestra un solo botón: el estand de la Feria del Libro costó 18 millones de pesos muy mal contados. Así mismo, creo en la tanda extendida, la he defendido, pero tengo temores y preocupaciones: en un país con unos docentes tan deficientes ¿qué le van a enseñar en las horas adicionales cuando en las regulares lo que enseñan es deficiente? Creo que el Minerd debe tener un grupo de ciudadanos vinculados a la educación, que ayuden al ministro y a su equipo técnico a pensar.

4. He sido una de las que más ha atacado el Servicio Exterior Dominicano. No solo está mal preparado, salvo muy honradas excepciones, sino que es súper numerario. El nuevo canciller tiene un reto grande. ¿Tendrá tiempo en los dos años que quedan? ¿Tendrá la valentía de enfrentar a los grupos de poder que pululan a su alrededor? No lo sé. Lo dudo mucho.

5. Valoro muy positivamente el trabajo del Ministerio de Obras Públicas. Para mí es uno de los ministerios más eficientes.

6. Me molesta, me preocupa, me intriga. ¿Sucumbirá Danilo Medina a la presión existente para que se reelija? Yo espero que no. Yo espero que sea el único y el primer presidente que cumple con lo que ha dicho: “Yo solo necesito cuatro años”.

7. Las altas cortes han bajado muchos peldaños para mí: TC, TSE, SCJ… Creo que el interés político ha primado en sus decisiones. La imparcialidad no ha sido su signo.

8. Después de más de 10 años engavetado y de negociaciones, el Defensor del Pueblo, una figura jurídica con mucha importancia en la democracia como garantía de la defensa de la ciudadanía, nació como un niño con enfermedad terminal.

9. El Gobierno prometió que reduciría la macrocefalia estatal. Todavía estamos esperando.

10. El próximo año será insoportable con las negociaciones políticas y los ataques entre candidatos. Este país vive envuelto en una vorágine electoral que asusta, molesta y abruma.

Hasta aquí un balance sucinto y muy personal. Sigo amando la vida. Sigo esperando que algún día la utopía se hará realidad. Finalizo con esta canción que me encanta. No nací en el 53, sino en el 55, pero me identifico

Yo también nací en el ’53

y jamás le tuve miedo a vivir.

Me subí de un salto en el primer tren

hay que ver en todo he sido aprendiz.

No me pesa lo vivido, me mata la estupidez

de enterrar un fin de siglo

distinto del que soñé.

Yo también nací en el ’53.

Yo también crecí con el «Yesterday».

Una tuve, sintiendo la sangre arder

me abracé sabiendo que iba a perder

siempre encuentras algún listo que sabe lo que hay que hacer

que aprendió todo en los libros…

Yo también nací en el ’53.

y soñé lo mismo que sueñas tú

como tú no quiero mirar atrás

sé muy bien que puedo

Siempre tuve más amigos

de los que pude contar

sé que hay varios malheridos

que esperan una señal….

No me pesa lo vivido, me mata la estupidez

de enterrar un fin de siglo

distinto del que soñé. …

Cantado por Ana Belén

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