Balance del juego político

Balance del juego político

La experiencia nos enseña que el querer mantener la mayoría de ambas Cámaras Legislativas conlleva un desprecio mayúsculo, no sólo hacia los partidos políticos, sino también hacia el resto del electorado. Y como si esto fuera poco, el clima político empeora.

La geometría variable e inestable hacia dentro del PLD, que practica  un bipartidismo insostenible, ya que el pueblo dominicano de hoy ya no es el mismo, llevará irremediablemente a ese partido al fracaso en las próximas elecciones, a pesar de las cuantiosas sumas de dinero que gastan tratando de conseguir adeptos de nuevo cuño. Ya el tiempo de la compra de conciencias fue superado. Son muchos los que no se dejan corromper. Lo que queremos es libertad sin sumisión.

El electorado se ha superado; sabe que cuando a un policía le entregan una tarjeta de Solidaridad, eso es un tente allá que dura hasta que culmina el proceso eleccionario, es en fin un vil engaño, porque nuevas fuerzas políticas emergentes  están desafiando al Poder, que ya los tiene agotados. El que piensa y desea progresar, rompiendo a su conveniencia los sucesivos compromisos que ha ido ofertando y a veces construyendo con propios y extraños, pensando que es el amo de todo el terreno político, está totalmente equivocado. Esa forma peculiar del PLD: divide y vencerás, que aplica a sus aliados antes que a sus adversarios. Y la única explicación de esta adúltera forma   de proceder es la de mantener y sostener su autonomía política, para  no tener que depender de servidumbres ni de ningún tipo de protectorado, como sucedió en el pasado.

Los que no lo entiendan así, los invitamos a que estudien sus pasados procederes con los que trazaron dentro de su propio PLD, la estrategia que llevó a dicho partido al Gobierno; pero es importante señalar que a ese paso terminará por romper también con sus propios electores, lo cual es el comienzo del presente sendero, que lo encamina a su peor coyuntura. La Historia nos ha enseñado que los regímenes presidencialistas, cuando tratan de imponerse más de un ejercicio, nunca son buenos, incluso pueden resultar desastrosos. Basta revisar nuestra historia o la de EE.UU. y la de España. La reelección es un cáncer y como tal no tiene cura.

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