Balance del sector eléctrico de cara a la cumbre

Balance del sector eléctrico de cara a la cumbre

En el tercer cuatrimestre del pasado año, el país experimentó una crisis de suministro eléctrico, que dejó una equivocada percepción en amplios segmentos de la opinión pública nacional respecto a la inviabilidad o fracaso de las políticas públicas aplicadas por el gabinete eléctrico durante los primeros cuatro años de la administración del Presidente Fernández.

Sin embargo, los hechos muestran lo contrario.  Mientras que en el 2007 fueron suplidos 11,180 millones de kilovatios hora, durante el recién transcurrido 2008, fueron consumidos por los usuarios dominicanos 11,600 millones de kilovatios hora. Consecuentemente, el promedio de horas diarias de interrupciones cayó de 6.2 en el 2004 a un promedio de sólo 3.3 horas diarias durante el 2008. Esto es corroborado con el incremento del abastecimiento promedio de la demanda del sistema eléctrico nacional que pasó de un 74% en el 2004 a un 86.4% en el 2008.

Otros aspectos positivos se reflejan en la eliminación cuasi total de los apagones generales a partir del 2007 – en el 2005 ocurrieron ocho blackouts. De igual manera, se destaca el incremento de los circuitos de suministro ininterrumpido de 24 horas, los cuales pasaron de un 34% en el 2005 a un 48% para finales del 2008. O sea, que casi la mitad de los 525 circuitos abastecidos por las distribuidoras recibe 24 horas de suministro continuo, sólo afectado por averías, mantenimientos o cualesquier otro tipo de hecho fortuito.

Ahora bien, el tema de los subsidios y las transferencias presupuestales al sector constituye un punto oscuro en el desempeño del sector eléctrico nacional. Sin embargo, a pesar de los más de US$2,500 millones transferidos desde el 2004, el sector eléctrico presenta logros importantes en su desempeño financiero. Este es el caso del índice de recuperación de efectivo -CRI- que, de un 44% en el 2004 ha subido a más de del 64% al cierre del 2008. Esto refleja una mejoría de más de un 50% en la eficiencia recaudadora de las empresas distribuidoras. Por esta razón, los cobros mensuales, que para el 2005 rondaban los US$60 millones hoy día rondan los US$95 millones, a pesar de que la tarifa lleva más de tres años congelada.

Esta realidad financiera del sector, en un ambiente de precios similar al del 2005 hubiera generado un sector eléctrico cercano al equilibrio financiero. Es por esto que postulamos que el sector eléctrico ha superado la etapa de crisis, ya que lo acaecido durante el 2008 fue típicamente una crisis de costos de los insumos productivos. Obviamente que esto no es consecuencia del azar, sino fruto de la implementación del plan integral de recuperación de la industria eléctrica que hemos venido aplicando en el sector. Quiere esto decir que estos logros serán ampliados y consolidados con los planes a ejecutar durante el 2009-2012. En efecto, de manera inmediata, estaremos aplicando la ley de criminalización del fraude eléctrico como un mecanismo disuasivo que deberán elevar el flujo de caja de las distribuidoras y consiguientemente el nivel de suministro eléctrico actualmente en un 86%. En este contexto, estaremos también aplicando las sanciones correspondientes a las empresas distribuidoras por infracciones, tanto de tipo penal como administrativas. De esta manera, estaremos incentivando el incremento de la calidad de servicio comercial de las distribuidoras, y disminuyendo las reclamaciones a través de nuestras oficinas de Protección al Consumidor, mediante las cuales se le han acreditado a los clientes más de RD$757.2 millones.

De manera simultánea, estamos tomando medidas concretas para conjurar las contingencias de salida de unidades en la zona norte del país, con la rápida instalación de más de 200 megavatios. Y, en la misma dirección, estamos coordinando toda la logística de adquisición de combustible por parte de los generadores a los fines de no tener unidades indisponibles para falta de combustible, con lo cual abaratamos los costos de producción y elevamos los niveles de confiabilidad del sistema.  Como se puede observar, la continuidad de estos planes garantiza un futuro promisorio para el sector, tanto desde el punto de vista de la calidad del servicio y el incremento del suministro, como desde el punto de vista de las erogaciones presupuestales. La favorable coyuntura de precios internacionales de los combustibles nos brinda una inmejorable oportunidad para tomar todas las contingencias necesarias para que las dificultades del pasado año sean efectivamente cosa del pasado. Y en eso estamos.

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