Balance tres años

Balance tres años

El presidente Danilo Medina cumplió el 16 de agosto último el tercer año de su mandato de cuatro, y a partir del 16 de agosto venidero, el primero de cuatro más, segurito, sin expectativas, “sin novedad en el frente”, como la famosa novela de Erich María Remarque, porque la oposición no seduce. Porque el PRD se fraccionó en PRM, y Miguel Vargas, conocedor de la hora del presidente Medina, que es ésta, poco tenía que buscar en los comicios del año próximo, y Luis Abinader Corona, que preside el PRM, no causa impacto político, porque no lo tiene, y carece del planeamiento convincente en su discurso político insustancioso.

Con una oposición inocua, con el otrora poderoso PRSC reducido a condición carroñoso, el presidente Medina encausa su proyecto político sin inconveniencias, con los sondeos endosándole sobre el 70% de aprobación de sus paisanos.

Se dirige al puerto de la reelección con los vientos en popa de su ofensiva educativa, asistencia a los productores agropecuaria, un mayor % financiados por endeudamientos externos, las tarjetas Bono Luz, Bono Gas, Solidaridad, ampliación de SENASA, nómina estatal abultadísima, inflación controlada, PIB sobre el 5%, política monetaria atribuida a un sabihondo del Banco Central, no se avistan cirros en el firmamento político.

Están en contra del presidente Medina la patología que hace neurosis de la inseguridad ciudadana y la complacencia con Puerto Príncipe para no regular una política migratoria que vigorice la soberanía dominicana, hoy en pavesas, reducidas a US$1,000 millones que vendemos al vecino.
Cuando el presidente Medina fue consagrado por el PLD el 30 de agosto último como su candidato 2016 con la sonrisa disimulada reburujada con el truño de Leonel Fernández, un capítulo sombrío reafirmaba el peligroso unipartidismo vernáculo.

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