Baní a una sola voz: ¡agua por favor!

<p>Baní a una sola voz: ¡agua por favor!</p>

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Horas antes de finalizar el año, los banilejos más representativos de su comunidad, junto a sus instituciones más señeras, plasmaron en un ponderado documento dirigido al país y a sus principales autoridades, para que se le atendiera su reclamo de años para que se le resuelva la aguda escasez de agua potable que confronta una gran parte de su población urbana y rural debido a la obsolescencia de los acueductos existentes.

El comunicado de la laboriosa comunidad banileja, dirigido como el grito desesperado del ahogado antes de expirar, apareció en momentos que la ciudad sureña experimenta una notable etapa de crecimiento demográfico con una expansión urbana admirable, así como de las actividades productivas, aparte de que la ciudad se mantiene limpia y casi todas sus calles asfaltadas y bien mantenidas.

Al banilejo, desde hace años, los gobiernos le han prometido por las más diversas vías que se le solucionaría su problema de la escasez de agua. Así se reemplazarían las obsoletas tomas del acueducto en el languideciente río Baní, del cual se nutre un sistema de abastecimiento que extiende sus redes mucho más allá de los límites urbanos, sus tuberías llegan hasta la Base Naval de Las Calderas, distante a unos 22 kilómetros de la población.

Al viejo acueducto se le incorporaron tomas adicionales, ya fuera con captación directa de las aguas del canal Marco A. Cabral o de sistemas de pozos para abastecer las comunidades rurales en el entorno banilejo, que con un dinamismo notable, crecen cada año para dejar de ser las villas bucólicas y apacibles que tanto atrayeron a los intelectuales.

La situación se ha venido agravando, ya que donde están las tomas del acueducto muy próximo a la parte urbana del norte de Baní, el río ha ido perdiendo de manera sostenida su pequeño caudal que no admite extraerle más agua, cosa que se ha reemplazado con las tomas directas que se han colocado en el canal Marco A. Cabral en aquellas áreas donde los requerimientos de agua para la agricultura y ganadería no son tan demandantes como ocurre más allá de Matanzas.

Hasta ahora se ha planteado, como la solución más factible, construir, aguas arriba de la Gina en el lecho del río Baní, una presa que se denomina como la de El Recodo para captar unos 22 millones de galones por día, más que suficientes para una población de más de 200 mil habitantes. Este nuevo volumen se añadiría al agua que se suple desde las otras tomas para satisfacer los requerimientos para los próximos 20 años.

Podría considerarse otra fuente de captación, que sería aprovechar las aguas subterráneas del arroyo Bahía, que ya una vez fueron estudiadas por empresas consultoras del ramo, para tener a manos nuevas fuentes de agua para la capital. Ese aprovechamiento, mediante pozos de gran capacidad, estaría al norte de la carretera Sánchez en las cercanías de lo que se conoce como la recta de Galeón.

Por otra parte podría tomarse en cuenta una solución tipo San Cristóbal, que recientemente se concluyó su acueducto, captando agua de la tubería matriz de Valdesia a Santo Domingo. Con una inversión razonable se solucionó la escasez que afectaba esa ciudad sureña. Para el caso de Baní podría estudiarse, previos análisis económicos y de factibilidad, aprovechar, del agua del canal Marco A. Cabral, 22 millones de galones de agua por día en la zona donde el canal tiene su recorrido cerca del Cementerio municipal. Allí se construiría una laguna de almacenamiento, estación de bombeo, planta de tratamiento y tanques de almacenamientos y nuevas tuberías para darle el servicio a la ciudad expandida. Esto complementaría el agua que se aprovecha del río Baní.

El que Baní está sediento por falta de agua potable se debe principalmente a que desde hace tiempo no existe una persona de fuste a nivel político que se deje sentir en las más altas esferas de la Nación. Baní carece de esa voz, que otrora existían varias y muchos problemas se resolvían, incluso en tiempos de la dictadura de Trujillo. Vemos cómo en los últimos tiempos varias poblaciones han resuelto sus necesidades por la presencia de políticos de influencia a nivel del poder político que han contribuido a que se construyan carreteras, acueductos, complejos habitacionales de gran envergadura, gracias al empeño que ponen para sus comunidades y su peso específico en las alturas de mando superior del país, a los que no se le puede decir que no. El banilejo, con su pasión al trabajo, ha descuidado ese aspecto de no contar con esas voces en el peculiar sistema democrático, pese a que cuenta con voces de gran fortaleza a nivel de los medios de comunicación así como de las empresas nacionales.

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