Ban Ki-moon pide una tregua humanitaria en Yemen

Ban Ki-moon pide una tregua humanitaria en Yemen

GINEBRA. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió este lunes una tregua humanitaria de dos semanas en Yemen durante el Ramadán al inicio de complejas conversaciones de paz en Ginebra, que empezaron sin la delegación de los rebeldes. «He subrayado la importancia de otra pausa humanitaria de dos semanas», dijo Ban, recordando que el «Ramadán empieza dentro de dos días» y que es un periodo de «armonía, paz y reconciliación». «Espero que esta semana marcará el principio del fin de los combates», añadió el secretario general a la prensa.

Desde el 26 de marzo, cuando empezaron los bombardeos de una coalición árabe liderada por Arabia Saudí, los combates se han intensificado en el país, donde han muertos más de 2.600 desde mayo, según Ban. A pesar de los bombardeos, los rebeldes de Ansarulá apoyados por Irán y sus aliados -los partidarios del expresidente Alí Abdalá Saleh- continúan ganando terreno y el domingo tomaron el control de la principal ciudad de la provincia de Jawf, en el norte del país, cercana a Arabia Saudí.

Se trata de las primeras negociaciones entre las partes después de que en febrero los rebeldes y sus aliados forzaran la huida del presidente Abd Rabo Mansur Hadi de Saná, la capital, que cayó en manos de los rebeldes y sus aliados. El presidente se refugió primero en Adén, la principal ciudad del sur, y cuando los rebeldes llegaron a sus puertas huyó a Arabia Saudí. Ban quiere que las partes en conflicto alcancen acuerdos «locales» de alto el fuego y sobre la «retirada de los grupos armados de la ciudades».

Ausencia de los rebeldes.   La apertura de las negociaciones, prevista por la mañana, se retrasó por la llegada tardía «por razones logísticas», según la ONU, de la delegación de los rebeldes de Ansarulá y de sus aliados. Su avión sufrió un retraso en Yibuti y no llegará a Ginebra hasta el lunes por la tarde o por la noche, indicó la ONU.

Para acercar posiciones, las primeros contactos entre las partes serán «discusiones de proximidad» indirectas a través del enviado especial de la ONU para Yemen, el mauritano Ismail Uld Jeque Ahmed. «Es poco probable que las negociaciones obtengan resultados. Cada campo parece ser inflexible y poco propicio al compromiso», según Laurent Bonnefoy, un especialista de Yemen.

«A pesar de ello, a pocos días del Ramadán, Ginebra podría ofrecer a los saudíes una oportunidad para anunciar una tregua que permita iniciar discusiones más serias», explica este investigador del Instituto de Ciencias Políticas de París. «Al mismo tiempo daría ¡a los saudíes¿ la posibilidad de guardar las apariencias e interrumpir una ofensiva que está claro que de momento no pueden ganar», añade.

La delegación del gobierno yemení, dirigida por el ministro de Exteriores Ryad Yasin, recordó de nuevo sus exigencias para llegar a un acuerdo, principalmente la aplicación de la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU que exige a los rebeldes que se retiren de las zonas que han conquistado.

Una primera reunión prevista entre las partes el 28 de mayo había sido aplazada. Yemen es el único de los países que vivieron la «primavera árabe» en el que un levantamiento popular en 2011 llevó a una solución negociada, que permitió sin embargo al expresidente Saleh quedarse en el país con total inmunidad.

Tras 33 años en el poder, Saleh sigue siendo muy influyente dentro del ejército y del partido en el poder, y selló una alianza con los rebeldes chiitas hutíes, a pesar de que entre 2004 y 2010 hubo una guerra entre las tropas del presidente y estos rebeldes en el norte del país. Los rebeldes de Ansarulá forman parten de la minoría zaidita, una rama del chiismo, y representan un tercio de la población. Abd Rabo Mansur Hadi, un sunita del sur, es el primer presidente de Yemen que no forma parte de esta comunidad.

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