Aunque hemos sido capaces de imaginar lo que significa para un caminante encontrarse con un oasis en el medio del desierto, muy pocos imaginamos, que lo propio puede pasar en el centro del mar.
Una playa increíblemente limpia y cristalina, ubicada en el Mar Caribe, tan adentro del mar que no se puede venir nadando y tan afuera de la profundidad que no nos podemos ahogar. Simplemente anclar, detenerse y bajar del barco-bote-velero a nadar mirando las palmeras. Una maravilla.