Banco Central afirma mantiene en control comportamiento tasa de interés

Banco Central afirma mantiene en control comportamiento tasa de interés

El director de programación monetaria y estudios económicos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), doctor Julio G. Andújar Scheker, rechazó ayer que el alza de las tasas de interés reales desde el 2014 hasta la fecha obedezca a una política deliberada del BCRD.
La afirmación de Andújar Scheker está contenida en una carta en la que responde el planteamiento hecho por el economista José Luis De Ramón, socio director de la firma Deloitte, en una nota publicada en este diario. A continuación, el texto íntegro de la carta:
“Señor
José Luis De Ramón
Socio Director
Deloitte
Santo Domingo, R.D

Asunto: Sobre las Tasas de Interés Reales en República Dominicana.
Estimado José Luis:
Luego de saludarte, me permito, como Director de Programación Monetaria y Estudios Económicos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), escribirte estas líneas para expresarte mi visión sobre los factores que han determinado el comportamiento de las tasas de interés reales en la economía dominicana durante los últimos años. Hago esto en ocasión de unos planteamientos tuyos reseñados en el Periódico Hoy, donde interpretas el alza de las tasas de interés reales desde 2014 hasta el presente, como el resultado de una política deliberada del BCRD que busca, entre otras cosas, “mantener contentos a los tenedores de certificados” de nuestra institución.
Como economista, entiendo tu preocupación por el incremento de las tasas de interés reales que podrían eventualmente afectar el comportamiento del consumo y la inversión, pero no comparto tu interpretación de las causas que la originan. Para comprender por que este fenómeno no es el resultado de una política deliberada del BCRD, es necesario analizar la política monetaria en el contexto de un Esquema de Metas de Inflación (EMI) que, como bien dices en tu artículo, fue la estrategia de política monetaria adoptada oficialmente por la Junta Monetaria (JM) hace unos años. Veamos.
A principios de 2012, la JM aprobó una estrategia basada en metas explícitas de inflación, como esquema oficial de política monetaria. Con esta resolución se autorizó un proceso iniciado casi ocho años atrás orientado a fortalecer técnicamente al Banco Central y a crear las condiciones para hacer posible la implementación del nuevo esquema. Este proceso incluyó la formación y contratación de muchos economistas y matemáticos con maestrías y/o doctorados que, a través de los años han tenido bajo su responsabilidad la elaboración y el mantenimiento de modelos econométricos, utilizados en las proyecciones y simulaciones económicas necesarias para el éxito del esquema.

En un EMI, el Banco Central establece un objetivo explícito de inflación para el mediano plazo. La política monetaria, entonces, se concentra en utilizar como instrumento una tasa de interés de referencia (TPM) para señalizar al mercado su postura y asegurarse de provocar en los agentes económicos un comportamiento que permita la corrección de cualquier desvío de la meta propuesta. En el caso dominicano, la meta de inflación de mediano plazo aprobada por la Junta Monetaria en su resolución de 2012 y confirmada en 2015, fue de 4.0%±1.0%, en consonancia con el mandato constitucional sobre estabilidad de precios.
Ocurre que en los últimos dos años, la inflación se ha mantenido por debajo del límite inferior de esta meta, a la vez que la economía ha crecido por encima de su potencial. Este hecho, raro e infrecuente en economía como afirmas en tu artículo, es el resultado de un choque de oferta positivo que ha experimentado la economía dominicana desde 2014 y no de las decisiones de política del BCRD. En efecto, el precio promedio mensual del petróleo del oeste de Texas (WTI) se redujo de US$90 el barril en mayo de 2014 a US$40 el barril a principios de 2016. Este colapso de los precios de nuestro principal producto de importación redujo la factura petrolera en un monto superior a US$1,500 millones, a la vez que disminuyó de forma dramática los costos de las empresas e incrementó el poder adquisitivo de los consumidores, fomentando así el crecimiento económico.
Así se da el fenómeno que adviertes que “es difícil que ocurra” de una inflación muy baja (por debajo del límite inferior de la meta) con una economía que crece por encima de su potencial. Observa que en las economías de América Latina exportadoras de materias primas como Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador y Colombia, entre otras, ha ocurrido exactamente lo contrario, un choque de oferta negativo que ha provocado una desaceleración del crecimiento y un incremento de la inflación. Pero, ¿Qué tiene que ver este choque de oferta con las tasas de interés reales? Mucho, por lo que paso a explicar a continuación.
En un EMI, el Banco Central debe reaccionar a la trayectoria futura de la inflación, no al dato presente. Según la teoría económica, cuando ocurren choques transitorios de oferta, el Banco Central no debe reaccionar de inmediato con una reducción de tasas, pues esta acción podría exacerbar las presiones inflacionarias de demanda una vez el choque desaparezca y así sobrecalentar la economía. De haber optado por bajar su TPM ante una inflación por debajo de su meta, el BCRD hubiese sobrecalentado la economía, acelerando la inflación y promoviendo inestabilidad.
Adicionalmente, en un choque positivo de oferta, las expectativas de precios tienden a corregirse a la baja como es natural. Esta combinación de “no reducción” de la TPM por parte del BCRD junto a expectativas de precios disminuidas ante el choque de oferta, es lo que ha incrementado temporalmente las tasas de interés reales. Este proceso suele ocurrir en un entorno como el descrito y nunca debe llevar al hacedor de política a cometer el error de creerse que tiene una respuesta efectiva para el mismo.
Lo prudente es esperar como hizo el BCRD y proceder una vez el choque de oferta comienza a disiparse y las presiones inflacionarias aparecen en las proyecciones de los modelos. Este proceso viene ocurriendo desde la segunda mitad del pasado año. Los precios del petróleo han crecido gradualmente tocando el umbral de US$55 el barril. Ante este repunte, la inflación interanual creció de 0.9% en octubre a 2.33% en enero de este año. Las proyecciones situaban este indicador hacia el límite superior de la meta en el primer semestre de 2017. Ante esta realidad y frente a un escenario internacional retador (normalización de política monetaria y nueva administración en Estados Unidos), el BCRD decide incrementar su TPM de 5.0% a 5.5 por ciento.
Precisamente ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un Comunicado de Prensa donde explica detalles de la misión de Artículo IV que visitó al país en el mes de febrero. En ese Comunicado, reseñado por la prensa local, el FMI afirma al referirse a la postura de política monetaria del BCRD que “considerando los riesgos al alza en las perspectivas de inflación derivadas de las condiciones financieras mundiales, la política monetaria se ha inclinado adecuadamente hacia la aplicación de medidas más restrictivas”.
Como ves, el diseño y ejecución de política monetaria en el BCRD sigue un esquema organizado que requiere, en ocasiones, medidas que no siempre son comprendidas por los agentes económicos. Por esta razón, la institución realiza un esfuerzo para mejorar continuamente su política de comunicación. Sabemos que la transparencia y la credibilidad son importantes para el desempeño eficiente de nuestras tareas. Por eso he entendido pertinente enviarte esta misiva aclaratoria. Nuestra economía pasa por un buen momento con tasas de crecimiento que lideran la región. A la vez, disfrutamos de baja inflación y de una estabilidad relativa del tipo de cambio. No obstante, el deber de un hacedor de políticas va más allá de acomodarse a estas realidades. Tiene que perder el sueño, tratando de desentrañar los riesgos futuros. De lo contrario, no estaría haciendo su trabajo.
Con sentimientos de respeto y estima,
Dr. Julio G. Andújar Scheker”.

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