El Banco Central Europeo ha empezado su comunicado de forma tajante: «La alta inflación es el mayor reto para nosotros», dejando claro que harán todo lo posible para controlar los precios.
La institución ha confirmado, de este modo, la subida de tipos en la próxima reunión de julio (primer alza del dinero en 11 años) y otra más en septiembre. Además, el BCE ha puesto fin a las compras netas de bonos (culminan el 1 de julio).
El banco central había telegrafiado sus próximos movimientos, pero la inesperada fortaleza de la inflación mantenía en vilo a los mercados ante una posible sorpresa que dejase entrever un cambio en el forward guidance del banco central (los próximos pasos del BCE).
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El tono del comunicado ha sido moderadamente más ‘hawkish’ (agresivo o restrictivo) de lo que telegrafió hace unas semanas Lagarde (dos alzas de 25 puntos básicos en las dos próximas reuniones).
El BCE determinó que se elevarán 0,25% las tasas de interés en la zona, como parte de la eventual alza continua de los tipos que analiza el organismo. Esa institución no precisó las cifras promedio en que se pueden decretar nuevas subidas desde el tercer trimestre.
La entidad de Europa indicó que para esa decisión se evaluarán los datos inflacionarios en cada fecha. El comunicado del BCE detalla que la tasa de interés de las subastas semanales queda en 0%, el de la facilidad marginal de crédito en 0,25% y el de la facilidad de depósito en el -0,25%.
El consejo también decidió que la compra de activos públicos (APP) finalizarán en julio. Para el BCE la proyección de crecimiento será de 2,8% para la eurozona en 2022 y del 2,1% en 2023. La entidad estima que la inflación alcanzará el 6,8% en 2022, el 3,5% en 2023 y el 2,1% en 2024.