Aunque desde noviembre del año pasado el Banco Central ha dispuesto siete aumentos en la tasa de interés de política monetaria que la han llevado a más del doble, de 3,00 por ciento a 7,75 por ciento, ¿puede decirse que la tendencia alcista ha llegado a su fin o hay espacio para nuevos aumentos?.
Nadie puede asegurar que los incrementos de tasas han terminado y por el contrario, hay posibilidades de que el Banco Central disponga otros incrementos. Por dos razones: en primer lugar la tasa de inflación interanual a julio alcanzó el 9,48 por ciento, lo que significa que todavía queda un gran trayecto en la lucha contra ese flagelo, a pesar de las expectativas de que comenzará a bajar (el Fondo Monetario Internacional proyecta una inflación de 8 por ciento al cierre de 2022 y de 4,5 por ciento al final de 2023).
En segundo lugar, espera nuevos aumentos de las tasas de interés de la Reserva Federal, que tiene una gran incidencia en el movimiento de los capitales en la República Dominicana, para enfrentar la inflación en Estados Unidos, que sigue siendo el gran foco de preocupación en esa nación pues a junio arrojó un incremento del 9,1% en comparación con el año anterior, el ritmo anualizado más rápido desde 1981.
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En este entorno la Fed reitera su compromiso contra la inflación como prioridad y anticipa subidas “expeditivas” de tipos de interés para doblegar los precios. Mantiene la narrativa de que un aterrizaje suave de la economía es “desafiante”, pero posible, aunque advierte que los riesgos de recesión aumentan. En su última reunión del 15 de junio, subió los tipos en 75 puntos básicos hasta el rango 1,50%/1,75% y elevó significativamente las previsiones de subidas de tipos en 2022 y 2023. El diagrama de puntos apunta a incrementos adicionales en 2022 hasta el rango 3,25%/3,5% y 3,50%/4,0% en 2023. Otras estimaciones son aún más pesimistas que las proyecciones de la Reserva Federal y prevén subidas adicionales de 200 puntos básicos hasta final de año hasta el rango 3,50%/3,75%.
No hay duda que ante ese panorama el Banco Central de la República Dominicana se vería obligado a disponer otros aumentos en la tasa de política monetaria para reducir el riesgo de volatilidad en los mercados financieros del país y asegurar la estabilidad del tipo de cambio, que ha sido el gran éxito de la política monetaria, con lo que ha evitado precios inflacionarios adicionales a los que se han generado en el entorno internacional.
Nadie duda que si en vez de apreciarse, la moneda local se hubiera depreciado durante la crisis generada por la pandemia y la guerra en Ucrania, las presiones inflacionarias hubieran sido peores.