El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 4.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo. La inflación mensual de noviembre fue de 0.37 %, mientras que la inflación acumulada se situó en 3.45 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir de noviembre de 2018 a noviembre de 2019, se ubicó en 3.23 %, retornando al rango meta de 4.0 % ± 1.0 %.
La inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se ubicó en 2.20 % en noviembre. Por su parte, tanto las expectativas de inflación de los analistas económicos como el sistema de pronósticos del BCRD, señalan que la inflación cerraría el año 2019 por debajo del valor central de la meta y se mantendría en torno al 4.0 % durante el 2020.
En el entorno internacional, la incertidumbre económica se ha moderado ligeramente en los últimos meses en la medida en que se ha logrado la primera fase de un acuerdo comercial entre Estados Unidos de América (EUA) y China, a la vez que existe una mayor claridad sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).
En ese contexto, Consensus Forecasts, que agrupa las principales firmas de analistas que realizan proyecciones a nivel internacional, mantiene el pronóstico de un crecimiento moderado para la economía mundial de 2.5 % tanto para 2019 como para 2020, mientras que el Fondo Monetario Internacional prevé una expansión global de 3.0 % para 2019 y 3.4 % para 2020, según la última publicación de las Perspectivas de la Economía realizada en el mes de octubre.
La actividad económica en EUA se ha desacelerado gradualmente, proyectándose que el crecimiento pasaría de 2.9 % en 2018 a 2.3 % en 2019 y 1.8 % en 2020, según Consensus. Ante el debilitamiento de la economía y la baja inflación, la Reserva Federal (Fed) ha reducido su tasa de referencia en tres ocasiones, acumulando una disminución de 75 puntos básicos en el año.
En adición, la Fed ha estado proporcionando mayor liquidez al sistema financiero a través de acuerdos de recompra (REPOS) y compras de letras del Tesoro en el mercado secundario, con el objetivo de reducir las tasas de interés de corto plazo. Hacia adelante, la Reserva Federal y los analistas del mercado no prevén ajustes adicionales de la tasa de fondos federales durante el año 2020.
En cuanto a la Zona Euro, las perspectivas de crecimiento se mantienen bajas, ubicándose en 1.2 % y 1.0 % para 2019 y 2020, respectivamente, condicionadas por el débil desempeño del sector industrial y la ralentización del comercio internacional. Considerando la ausencia de presiones inflacionarias, el Banco Central Europeo continúa implementando un paquete de medidas expansivas que incluyen el programa de provisión de liquidez para la canalización de crédito al sector privado y la compra de títulos de deuda soberana en el mercado secundario.
Por otro lado, en América Latina se ha acentuado el deterioro de la actividad económica como consecuencia de los conflictos sociopolíticos que se han presentado en varios de los países de la región.
De este modo, las perspectivas de crecimiento para América Latina permanecen bajas, esperándose una expansión de 0.4 % en 2019 y de 1.4 % en 2020. La desaceleración económica de la región está influenciada por tasas de crecimiento negativas durante este año en Venezuela, Nicaragua, Argentina, Ecuador, Paraguay y México, así como por la modesta expansión de Brasil y el impacto negativo de las manifestaciones sociales en países como Chile, Bolivia y Colombia.
En cuanto a las materias primas, la moderación de la demanda mundial contribuyó a que el precio promedio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se ubicara en torno a US$57 por barril durante el año 2019, situándose por debajo del nivel contemplado en el Presupuesto Nacional de US$60 dólares el barril. Por otro lado, el precio del oro se ha mantenido en niveles altos, promediando alrededor de US$1,400 dólares por onza troy durante el año 2019, al ser utilizado como refugio de valor en un entorno de alta incertidumbre. Este comportamiento de los precios del petróleo y del oro favorece los términos de intercambio de la República Dominicana y beneficia al sector externo de la economía.
En el contexto doméstico, las medidas monetarias expansivas implementadas desde el mes de junio, a través de la reducción acumulada en 100 puntos básicos de la tasa de política monetaria y la liberación de más de RD$34 mil millones de recursos del encaje legal a los sectores productivos, han contribuido a que el crédito privado en moneda nacional se incremente por encima de los RD$105 mil millones en lo que va de año. El dinamismo del crédito privado en moneda nacional se ve reflejado en una expansión superior al 12 % en términos interanuales.
Las condiciones monetarias favorables han impulsado la demanda interna a través de un mayor consumo e inversión privada. En efecto, la actividad económica se ha recuperado al expandirse de forma interanual en 5.1 % en el mes de septiembre y 5.2 % en octubre. En este contexto de dinamismo de la demanda agregada se espera que el crecimiento económico se ubique en torno a su potencial de 5.0 % para el cierre del año 2019 y durante el 2020.
En el sector externo, las actividades generadoras de divisas, como la inversión extranjera directa y las remesas continúan mostrando un buen desempeño, compensando la moderación reciente del turismo, el cual se espera que se recupere en los próximos meses. En este entorno internacional complejo, la República Dominicana ha logrado fortalecer sus fundamentos macroeconómicos, manteniendo la estabilidad relativa del tipo de cambio y continuando con el proceso de acumulación de Reservas Internacionales, que finalizarían el 2019 en torno a los US$8,500 millones, su nivel histórico más alto para un cierre de año.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, la institución se mantendrá dando seguimiento a la moderación de la economía mundial y a los factores de incertidumbre tanto externa como interna y su impacto sobre la demanda agregada, encontrándose preparado para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de la meta de inflación y afectar el crecimiento económico dominicano.