El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), en su reunión de política monetaria de marzo de 2024, decidió mantener su tasa de interés de política monetaria (TPM) en 7.00 % anual. Asimismo, la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) permanece en 7.50 % anual, mientras que la tasa de depósitos remunerados (Overnight) continúa en 5.50 % anual.
Para esta medida se tomó en consideración la evolución reciente del entorno internacional, particularmente las expectativas de que las tasas de interés en las economías avanzadas, como Estados Unidos de América, la Zona Euro (ZE) y el Reino Unido, se mantendrían elevadas por un tiempo mayor al previsto y el incremento de los precios de las materias primas. Asimismo, se ponderó el dinamismo de la actividad económica nacional y la aceleración del crédito privado, en un contexto en el cual la inflación se encuentra dentro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %.
En efecto, la inflación interanual ha disminuido significativamente, ubicándose en 3.30 % en febrero de 2024, por debajo del valor central del rango meta, como resultado de las políticas monetaria y fiscal implementadas. De igual forma, la inflación subyacente, que excluye los precios de los componentes más volátiles de la canasta como los combustibles y algunos alimentos, sostiene una tendencia a la baja al ubicarse en 3.95 % en febrero de 2024. Los modelos de pronósticos del BCRD señalan que, tanto la inflación general como la subyacente, se mantendrían dentro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % durante el presente año, en un escenario activo de política monetaria.
En este contexto de bajas presiones inflacionarias, el BCRD ha reducido su TPM en 150 puntos básicos desde mayo de 2023. Estas medidas se han complementado con un programa de provisión de liquidez a través de los intermediarios financieros, que han canalizado préstamos por unos RD$195 mil millones a los sectores productivos, a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) y a los hogares; a tasas de interés de hasta 9 % anual. El plan de estímulo monetario ha logrado acelerar el mecanismo de transmisión de la política monetaria dinamizando el crédito privado en moneda nacional hasta expandirse en torno a 21 % interanual; lo que, unido a una mayor inversión pública, ha contribuido a la reactivación económica en los meses recientes.
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En Estados Unidos de América (EUA), la actividad económica ha sido más resiliente de lo previsto, con un crecimiento de 2.5 % en 2023 y un mercado laboral que se mantiene en pleno empleo. Mientras, la inflación se ubicó en 3.2 % en febrero de 2024, permaneciendo por encima de su objetivo de 2.0 %. Ante este escenario, la Reserva Federal (Fed) mantuvo su tasa de referencia en 5.25-5.50 % anual en su reunión de marzo, a la vez que reafirmó que realizaría reducciones en la tasa de interés más adelante en el año. En ese orden, los analistas han postergado para junio de 2024 sus expectativas del inicio de recortes de tasas de interés.
En la Zona Euro, la actividad económica permanece débil, afectada por la guerra entre Rusia y Ucrania que ha influido en condiciones recesivas en algunas de las principales economías del bloque. En tanto, la inflación interanual se ubicó en 2.6 % en febrero, aun por encima de su meta de 2.0 %, por lo que el Banco Central Europeo también se ha visto en la en la necesidad de mantener elevada su tasa de política monetaria, previéndose que inicie su ciclo de reducciones para mediados del año 2024.
En América Latina (AL), la inflación ha mantenido su tendencia a la baja, retornando al rango objetivo en la mayoría de los países de la región con esquemas de metas de inflación. Como resultado, casi todos los bancos centrales han reducido sus tasas de interés de política monetaria desde el pasado año, incluyendo a Chile (disminución acumulada de 400 puntos básicos), Costa Rica (375), Brasil (300), Uruguay (250), Paraguay (250), República Dominicana (150), Perú (150), Colombia (100) y México (25).
En cuanto a las materias primas, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) ha incrementado durante el primer trimestre del año hasta ubicarse en torno a US$82 dólares por barril en marzo, en un contexto de menor producción y de mayores tensiones geopolíticas. De igual forma, el costo de transporte de fletes se mantiene elevado, ante los conflictos geopolíticos en el Medio Oriente, daños en infraestructura y los factores climáticos que están afectando rutas importantes para el comercio mundial de mercancías.
En el ámbito nacional, la economía dominicana continúa dinamizándose, con una expansión del indicador mensual de la actividad económica (IMAE) de 6.2 % interanual en febrero, con lo que el crecimiento promedio alcanzó 5.4 % interanual en los primeros dos meses de 2024. Este resultado estuvo impulsado por el desempeño del sector de hoteles, bares y restaurantes; así como de construcción, manufactura, comercio y servicios financieros.
Hacia adelante, se espera que el mecanismo de transmisión de la política monetaria continúe operando y que, junto a un mayor ritmo de ejecución de la inversión pública y al desempeño positivo del mercado laboral, contribuyan a un crecimiento económico en torno a 5 % en el año 2024, cercano a su potencial. De esta forma, la economía dominicana alcanzaría una de las expansiones más altas de la región durante el presente año, según organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y Consensus Forecast.
Por otro lado, las actividades generadoras de divisas continúan registrando un comportamiento favorable; destacándose el turismo, las exportaciones de zonas francas, las remesas y la inversión extranjera directa. En ese contexto, se ha mantenido la estabilidad relativa del tipo de cambio y las reservas internacionales se mantienen en niveles elevados, equivalente a aproximadamente 11 % del producto interno bruto (PIB) y unos cinco meses de importaciones, significativamente por encima de las métricas recomendadas por el FMI.
Es importante resaltar que la economía dominicana se encuentra en una buena posición para enfrentar el desafiante panorama; tomando en cuenta la fortaleza de sus fundamentos macroeconómicos, la resiliencia de los sectores productivos y la mejoría en los indicadores de riesgo país en los mercados internacionales. El Banco Central de la República Dominicana seguirá monitoreando la evolución macroeconómica, con el objetivo de continuar adoptando oportunamente las medidas necesarias que preserven la estabilidad macroeconómica y contribuyan a que la inflación se mantenga dentro del rango meta.