Banco do Brasil es más pesimista sobre negocio de préstamos

Banco do Brasil es más pesimista sobre negocio de préstamos

El negocio de préstamos de Banco do Brasil SA sigue esperando que la incipiente recuperación económica del país le dé impulso.
La compañía, el mayor banco gubernamental de Brasil por activos, dijo que su libro de préstamos para el país podría reducirse 4 por ciento este año, menos que un pronóstico anterior de un incremento de hasta 4 por ciento, según un informe presentado el jueves a organismos reguladores.
Ahora se estima que los préstamos a empresas declinarán 11 por ciento en lugar de la caída de 4 por ciento que se pronosticaba antes.

La perspectiva más pesimista deriva de “los reembolsos y de la prioridad dada a los desembolsos de líneas de crédito con mayores retornos”, según el informe de la compañía, que tiene sede en Brasilia. Itaú Unibanco Holding SA y Banco Bradesco SA, los mayores bancos del país por valor de mercado, también enfrentan una declinación de la demanda de préstamos.
Bradesco redujo su estimación de crecimiento de préstamos para 2017 y pronosticó una declinación de 5 por ciento en 2017, en comparación con una expectativa anterior de una expansión de esa magnitud. Itaú sigue pronosticando que su cartera de crédito crecerá 4 por ciento este año y que la mayor parte de ese crecimiento procederá del exterior de Brasil. Brasil enfrenta los persistentes efectos de la peor recesión de su historia. El banco central baja las tasas de interés, la economía reanudó el crecimiento a principios de año y el desempleo declinó por primera vez desde 2014 en el segundo trimestre.

Turbulencia. En mayo, un brote de turbulencia política amenazó con frustrar la recuperación en tanto acusaciones de corrupción alcanzaban al presidente Michel Temer y llevaron a los analistas a reducir los pronósticos de crecimiento para 2017 y 2018.

La cartera de préstamos de Banco do Brasil se contrajo 7,6 por ciento, a 696.100 millones de reales (US$221.000 millones) en los últimos 12 meses.
Hasta con la desaceleración del crédito, el ingreso neto por intereses, o el ingreso producto del interés ganado sobre activos menos el monto pagado a los depositantes y acreedores, bajó apenas 0,2 por ciento, a 14.600 millones de reales, respecto del mismo período del año pasado.
La estabilidad refleja que viejos préstamos hechos cuando el banco cobraba tasas mucho más bajas ahora se ven reemplazados por créditos más caros.

Ahora son más los deudores que cumplen con sus obligaciones con puntualidad, lo que significa que el banco no tuvo que reservar tanto dinero ante la eventualidad de mora durante el segundo trimestre.
Los gastos producto de pérdidas en préstamos bajaron a 6.660 millones de reales, mientras que habían sido de 8.280 millones de reales en igual período del año pasado y de 6.710 millones en el primer trimestre.

A pesar de que los gastos en previsiones declinaron, el porcentaje de morosidad creció, debido sobre todo a una empresa específica y a la contracción de la cartera de préstamos, dijo el banco, que no proporcionó la identidad del deudor.
El porcentaje de préstamos con más de 90 días de mora creció a 4,11 por ciento en el segundo trimestre mientras que fue de 3,89 por ciento en el primero.
Los indicadores tempranos de morosidad –préstamos con retrasos de entre 15 y 90 días- bajaron de 3 a 1,93 por ciento.

Los recortes de costos también son de utilidad. Los gastos administrativos, que comprenden costos de personal, fueron de 7.860 millones de reales, 1,4 por ciento menos que en el mismo período de 2016.
El año pasado, el banco logró que unos 9.400 empleados aceptaran un programa de retiro y anunció que cerraría 402 sucursales y que convertiría otras 379 en unidades menores.
Banco do Brasil dijo que ahora estima que los gastos bajarán 2,5 por ciento respecto de 2016. Antes estimaba que aumentarían 4,5 por ciento.

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