La mayoría de los grandes bancos estadounidenses tuvieron un buen 2020 en los segmentos de inversión y gestión de activos, pero en los de préstamos y banca comercial la pandemia lastró sus resultados, pese a los intentos de pintar el 2021 como el año de la recuperación.
JPMorgan Chase, el mayor banco estadounidense, es una buena muestra de los desempeños divergentes entre los segmentos de banca tradicional, acosada por la crisis de la economía real, y la de inversión, que tuvo un 2020 positivo apoyado por unos mercados de renta variable que no se han resentido por el coronavirus.
JPMorgan Chase cerró 2020 con un beneficio neto de US$29.131 millones, un 20 % menos que en 2019, pero fue en el apartado de banca de inversión (con un aumento del beneficio del 43 %) y en la gestión de fondos y activos (4 % de crecimiento anual). En préstamos y crédito tanto JPMorgan como el resto de entidades se resintieron.