Bancos tratan de evitar los embargos hipotecarios

Bancos tratan de evitar los embargos hipotecarios

Oregón, EE.UU. Martín Montes no se imaginó en lo que se metía.  Montes, de 37 años y residente en la localidad de Culver, compró una casa nueva en 2007, cuando tenía un buen empleo y la economía funcionaba bien, pero un año después se combinaron una serie de eventos y le fue imposible seguir pagando la hipoteca.

Nació un bebé, mermaron sus ingresos porque su empresa dispuso que trabajase sólo 28 horas semanales en lugar de 40 y ya no pudo pagar un préstamo de interés alto.  Es una historia cada vez más común y, como tantos otros, Montes pensó que lo único que podía hacer era esperar que el banco embargase su propiedad.

Montes, no obstante, descubrió que tenía otras opciones cuando conoció a Selef Spragg, especialista en préstamos hipotecarios que trabaja con NeighborImpact y habla español, el único idioma que domina Montes.

NeighborImpact es una empresa sin fines de lucro que ofrece varios servicios y ayuda a la gente a comprar una vivienda, al tiempo que asiste a que familias enteras encuentren alojamiento temporal si pierden sus hogares.   Spragg no cobra por sus servicios.

Inicialmente Spragg fue despachado a la oficina de esa organización en Madras para que ayudase a la gente a adquirir viviendas, pero al poco tiempo su tarea principal pasó a ser evitar que la gente perdiese sus casas o hacer que las vendiese causando el menor daño posible a su historial bancario.

«Con el rumbo que ha tomado la economía, nuestra tarea principal es evitar los embargos hipotecarios», afirmó Spragg. «La gente se está quedando sin trabajo o no gana lo mismo que antes. Hay una diferencia abismal entre lo que estamos haciendo y lo que queríamos hacer».  Spragg dijo que ninguno de sus aproximadamente 15 clientes del condado de Jefferson ha perdido su vivienda a raíz de un embargo.  Su objetivo principal es que la gente conserve su vivienda.   Y esa tarea resulta más fácil últimamente porque las instituciones de préstamo están más dispuestas a colaborar que antes. 

Lo primero que hace Spragg es sentarse con un cliente y analizar su presupuesto. En el caso de Montes, de inmediato se hizo evidente que había pocas opciones porque Montes no estaba en condiciones de cubrir sus gastos.  Luego de estudiar las cosas con Spragg, Montes decidió que su mejor opción era vender la casa rápidamente, por menos dinero que el que le debía al banco.  Montes compró su vivienda en 190.000 dólares y pedirá ahora 169.000, que es su precio en el mercado actual, según Spragg. Si logra venderla en esa suma, indicó Spragg, le dará todo el dinero al banco para evitar el embargo.

El banco ha aceptado dar por saldado el préstamo y no le exigirá a Montes la diferencia entre lo que obtuvo por la casa y lo que le debe a la institución.

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