Los refugios para niños en situación de calle de Puerto Príncipe se están quedando vacíos debido a las pandillas, que están reclutando a los menores para participar en la guerra urbana que desde hace un mes aterroriza a la capital de Haití.
Desde la escalada de la crisis sociopolítica y económica marcada por la multiplicación de los grupos armados, secuestros y masacres, pocos niños se observan en las calles del área metropolitana de la capital haitiana.
«Los soldados de los grupos armados vienen a reclutarnos por la noche», afirma a Efe un menor que pulula por la céntrica plaza Champ de Mars, cerca del Palacio Nacional y donde siempre hubo muchos niños de la calle.
En esa zona fue inaugurado en 2013 un centro de acogida para estos menores, el primero de su tipo dentro de un programa de rehabilitación, pero que ahora está prácticamente vacío y abandonado.
«Hay unas 48 personas aquí. Pasan el día en otro sitio y vienen todas las noches a dormir», dice uno de los adultos que pernocta en el lugar diseñado para acoger hasta a 400 personas.
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RECLUTAMIENTO FORZOSO
Este hombre afirma que las bandas armadas Ti Lapli, Bougoy y 100 Jours figuran entre las que reclutan a los menores en esta zona.
Según el sociólogo Djems Olivier, de la Universidad del Estado de Haití, el fenómeno no es nuevo, ya que desde el año 2000 los grupos armados han utilizado a los niños.
«Se trata de niños que son utilizados como escudos humanos o como exploradores (…) El nivel de criminalidad es mayor en un niño soldado que en un soldado adulto», consideró.
Olivier puntualiza que «los niños están cada vez menos presentes en las calles», para agregar que esa ausencia no es para incorporarse a otros centros de acogida, y mucho menos para ser auxiliados por las ONG o el Ministerio de Asuntos Sociales.
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UNA ESPERANZA DESVANECIDA
Muy pocos niños en el patio, jóvenes vigilando la entrada, música vudú, cigarrillos y drogas yendo y viniendo. En la parte trasera, hombres y mujeres se bañan desnudos. El patio ofrece la imagen de un espacio abandonado donde la hierba está por doquier.
Esa es la realidad hoy del centro de acogida para niños en situación de calle que hace nueve años abrió sus puertas y ahora está en una situación deplorable.
Los dormitorios han sido convertidos en aseos públicos con un olor repulsivo, hay basura de todo tipo en el suelo y no hay electricidad.
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La zona está bajo control del G9 Fanmi e Alye, una de las más poderosas bandas armadas de Haití, dirigida por el expolicía Jimmy Cherizier, apodado Barbecue.
«El director empezó a despilfarrar materiales, los demás hicimos el resto», confiesa un joven de 20 años que creció en el centro de acogida.
VIOLENCIA EXTREMA DE LAS BANDAS
A mediados de mayo, la ONU constató que hay informes sobre el reclutamiento de niños soldados que participaron en la ola de violencia desatada el 24 de abril.
También, afirmó que, entre los hechos de violencia extrema registrados en el último mes, se han producido numerosos asesinatos de niños sospechosos de ser informantes para bandas rivales.
Según los informes, las bandas también utilizan actos de violencia sexual, incluida la violación en grupo de niños de hasta 10 años, para aterrorizar e intimidar a las poblaciones locales que viven en áreas controladas por bandas rivales.
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Entre el 24 de abril y el 16 de mayo, al menos 92 civiles y 96 presuntos miembros de las pandillas fueron asesinados en los ataques armados coordinados en Puerto Príncipe, según los cálculos de la ONU.
Otras 113 personas resultaron heridas y 12 fueron reportadas como desaparecidas, pero el número real de personas muertas podría ser mucho mayor.