POR U. GUZMAN MOLINA
Las bandas denominadas “naciones” han perdido fuerza en la provincia Santo Domingo, afirmó ayer el fiscal de esa demarcación, Perfecto Acosta. Dijo que ya han cesado las denuncias sobre las acciones de estos grupos. Tampoco se habla de la participación de menores en robos en tiendas, porque han sido arrestados y llevados a centros de paso y de atención.

Explicó que la banda “Los Kings”, que operaba en Los Mina, fue desmantelada. Estaba dirigida por adultos, quienes fueron arrestados y sometidos a la justicia, mientras que los jóvenes fueron trasladados a lugares de regeneración.

Resaltó que en la provincia funciona la Fiscalía de Niños, Niñas y Adolescentes, que da seguimiento y atención rápida donde quiera que se presente un problema en que estén involucrados menores. Cree que debe evitarse por todos los medios que la juventud use drogas en las escuelas y colegios. Los pandilleros tienen una organización y exigencia, amenazando de muerte a quienes quieren salir, dijo.

Recordó que las “naciones” imponían una tarifa fija que debían pagar a sus miembros, de lo contrario recibirían una drástica sanción. Favoreció la supervisión de las actuaciones de los menores y saber con quiénes se juntan y a qué hora se acuestan.

Expresó que en la provincia Santo Domingo ha habido casos de jovencitos que han sido asaltados al salir de colmadones y discotecas.

Acosta habló en el panel sobre “Las pandillas: origen y consecuencias”, efectuado en el programa “Por su seguridad”, que se transmite por Teleradio América, canal 45. Señaló que la semana pasada se reunió con los dueños de discotecas de la provincia y les advirtió que no permitiesen la entrada de armas de fuego a esos establecimientos, a fin de evitar hechos lamentables.

Muchos sectores se están integrando a la fiscalía en marchas contra la violencia y participación en trabajos comunitarios, dijo.

Expresó que las pandillas están formadas por jóvenes de 10, 12 y 15 años que se dedican a delinquir. Generalmente son jóvenes que no han estado en la escuela o han desertado de ésta, con padres irresponsables.

Indicó que a veces son jóvenes criados por sus abuelas, quienes no tienen el control total de sus actuaciones. Señaló que no se puede decir que la música influye en las pandillas.

Consideró que una solución para que los niños no caigan en las pandillas es evitar que los niños de las escuelas públicas abandonen los estudios por falta de alimentación y libros.

Hizo un llamado a los padres para que orienten a sus hijos sobre la música que deben escuchar, estableciendo algún tipo de control. Recomendó a los padres no permitir que sus hijos se hagan clinejas, ni se pongan aretes, ni tatuajes, ni toleren las “peladas calientes”. Señaló que los menores que copian malos patrones no terminarán bien.

Acosta dijo que en Sabana Perdida operaba otra banda, que se llevaban a las jóvenes y duraban dos o tres días desaparecida. Indicó que otra banda funcionaba en la Carretera de Mendoza, donde se recuperaron menores. También había bandas en Los Mameyes e Invivienda, entre otros sectores de la provincia Santo Domingo.

“Todos esos grupos han pasado por la fiscalía y se le han dado los tratamientos que amerita cada caso”, dijo.

El fiscal de Santo Domingo indicó que todo lo que tiene que ver con la recreación y el deporte es bueno para alejar los jóvenes de las drogas.

En el panel participaron cinco estudiantes del cuarto del bachillerato del colegio Cardenal Sancha, quienes hicieron un estudio sobre el tema.

Según los jóvenes, en el país ha surgido una subcultura delincuencial vinculada a las pandillas. Estos jóvenes provienen de hogares desintegrados y no tuvieron una educación centrada en valores. Los pandilleros, dijeron, se identifican con uso de collares, colores y vestimentas. Explicaron que es importante que los padres conozcan los amigos de sus hijos.