Bandera de Conveniencia para RD: Beneficios y desafíos

Bandera de Conveniencia para RD: Beneficios y desafíos

El abrir el país a un proceso de registro de buques como si fueran nacionales y, por tanto, asumiendo la facultad de ondear la insignia nacional es un recurso al cual, por décadas de años, han venido recurriendo decenas de países en todo el mundo.

En verdad, sorprende un poco el que la RD no haya recurrido a un mecanismo al que buena parte de las naciones que le rodean han venido aplicando por muchos años.

La Bandera de Conveniencia no es más que la matriculación de buques mercantes en un país que no es el propietario real, aprovechando una legislación especial que le ofrece ventajas económicas. Entre estas están: el buque registrado nacionalmente en realidad queda bajo control extranjero, el proceso de inscripción es muy fácil y los impuestos son bajos. Para el país que matricula y ofrece su bandera representa ingresos adicionales con una inversión burocrática mínima, por la vía del derecho de matrícula y una tasa anual por tonelaje de desplazamiento. Puede aplicarse algún otro impuesto muy bajo.

El principal país que históricamente tiene el mayor número de buques registrados es Panamá. Aunque algunos documentos hablan de más de 7 mil, el Informe CIA World Factbook del 2007 registra unos 5 mil. También dicho informe le señala a pequeñas naciones del Caribe importantes números de buques registrados: Bahamas 1,093, Antigua y Barbuda 984, Saint Vincent 520.  También han incursionado en esta estrategia países como Costa Rica, Honduras y Antillas Holandesas, entre otros.

Si en la década de los cincuenta tan solo el 5 por ciento de los buques se encontraban registrados bajo banderas de conveniencia, hoy son más del 50%..

Por supuesto, hay determinados riesgos que hoy día la comunidad internacional trata de controlar. Generalmente, los países que abanderan no tienen capacidad técnica ni logística para ejercer un control adecuado sobre el cumplimiento de las normas de seguridad internacional de navegación ni para garantizar los derechos laborales, sociales y sindicales de las tripulaciones. Hace unos pocos años Costa Rica solicitó asesoramiento internacional para introducir reformas que le garantizasen una plataforma legal más sólida.

Si el país toma la decisión de avanzar en esta estrategia tiene que negociar y regular de manera que el armador siga viendo una oferta estimulante y el país se proteja de reclamaciones internacionales. Además, aunque por lo general los buques abanderados no emplean a tripulaciones del país que abandera, o es mínimo, tampoco la mayoría de estos tienen mucho personal calificado. En el caso de la RD sí podría negociar cierta cantidad de tripulantes por barcos, con lo cual contribuiría a reducir el desempleo. Personal de la Marina de Guerra puede ser una buena fuente. 

No hay dudas de que la posición geográfica del país y su creciente inserción internacional deben resultar atractivas. Valdría la pena de que las autoridades, públicas y privadas, analicen el tema.

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