A la hora de hacer una reforma en el hogar o planear los detalles de la casa siempre surgirá la eterna pregunta relativa al cuarto de baño: ¿la ducha o la bañera? Ciertamente para responder a esta interrogante debemos tomar varios factores en cuenta.

El uso. En primer lugar, las personas con las que vivimos. En general se recomienda el uso de duchas o cabinas de baño en vez de bañera cuando hay niños, envejecientes o personas con dificultad motriz en la casa, ya que se reduce la posibilidad de algún tipo de accidente en el cuarto de baño. Otros puntos a favor de las duchas es que son más fáciles de limpiar, funcionan es espacios más reducidos que las bañeras y usadas correctamente son más amigables con el medio ambiente ya que suponen un ahorro de agua y de energía. Se adaptan a cualquier esquina y pueden tener puertas corredizas o mamparas fijas de diversos materiales al igual que el plato.

Definitivamente la superficie de nuestro baño es una variable muy importante a considerar. Sin espacio suficiente una bañera a veces no es la mejor opción.

En caso de contar con más de un cuarto de baño, podemos utilizar ambas opciones; todo va a depender del presupuesto con el que contemos. Las bañeras son definitivamente más caras que las duchas, si bien lógicamente, el material de las mismas y el diseño influirá en su precio.

La preferencia por las bañeras es usualmente motivada por la estética (ya que tienen una función decorativa muy marcada) y también por las características adicionales al confort de un simple baño que poseen: como sistemas de hidromasaje, burbujas de aire… etc. Sin embargo, también hay cabinas de baño de hidromasaje, por lo que las ventajas de ambos sistemas se están emparejando cada vez más.

Combinadas. Algunos puede que no se conformen con tener la bañera y las duchas por separado, es por eso que firmas como la italiana Teuco han diseñado unos dispositivos de baño que combinan ambas y con una estética y diseño muy agradables.