Transitar por las calles de Baní es una odisea y un conflicto con la salud mental debido a la estrechez de sus calles y el imparable crecimiento del tránsito que a todas horas diurnas se mantiene una saturación que impide hasta a los residentes salir de sus casas.
Es una tragedia humana que altera la salud mental aparte de la contaminación permanente con los gases que vomitan los vehículos a todas horas afectando la vida de los banilejos y de las personas que necesitan salir a hacer sus diligencias.
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La avenida de circunvalación en su lento avance hacia su terminación intenta resolver parte de esas dificultades vehiculares que hasta caminar por las aceras mas nutridas es un peligro. La demanda de decenas de jóvenes, y no tan jóvenes, exigiendo ofrecer sus servicios para cuidar sus vehículos y no ser amenazadas o que se los rayen. Estos son los cartoneros que con cartones en mano lo lanzan a los vidrios delanteros para exigir una propina mientras las calles saturadas con su tráfico que construida la avenida de circunvalación liberará ciertas calles pero no la que absorbe el tránsito de los vehículos que viajan a San José de Ocoa, comunidad con la que Baní mantiene un intenso intercambio de contactos personales y de negocios de todo tipo.
Terminada la construcción de la avenida de circunvalación en quizás 18 meses se observará que el remedio de los tapones no va a curar la enfermedad por esa intensa comunicación entre Baní y Ocoa así como con las comunidades banilejas de las montañas que ubicadas al norte de la población no se beneficiarán de la avenida en construcción.
Tan solo la avenida de circunvalación permitirá que el tráfico hacia las ciudades del sur de Azua en adelante y desde el sur hacia la capital se aliviará pero eso provocará que la avenida Fabio Herrera a la playa de Baní se va a saturar y destruirse su pavimento pues sus condiciones de rodadura no permite un tránsito pesado e intenso por la misma so pena que demandará una reconstrucción costosa superior a los 200 millones de pesos.
Organizar el tránsito en Baní, contando con la avenida de circunvalación, no será una tarea fácil donde se enfrentará la estrechez de las calles del pueblo que existen desde los inicios del siglo XX. Las calles más nuevas fueron construidas con la estrechez mental y son tan estrechas como las existentes.
Es un desafío para Baní y sus necesidades de movilización de sus residentes ya que existirá un cuello de botella permanente. En otro país exigiría la demolición de tramos de calles y edificaciones con todas sus estructuras. Esto es una cosa impensable para ejecutarlo en Baní. Eso llevaría a pensar en barrios satélites que podría ser una de las prósperas comunidades aledañas al pueblo.
Realmente Baní está en el umbral de un laberinto para su futuro con el aumento imparable del tránsito y con una nueva avenida que solo complicará el acceso al menos que los banilejos entiendan que no es bueno utilizar la nueva vía y por el contrario continuar utilizando su acostumbrada entrada al pueblo por el frente de la fortaleza. Que la circunvalación sea una vía de paso hacia y desde el sur. De otras maneras por la novedad de intentar acceder a la circunvalación desde la avenida Fabio Herrera se convertirá en un tremendo dolor de cabeza.