Banquero panameño hace elogios a los campeones de la banca nacional

Banquero panameño hace elogios a los campeones de la banca nacional

 “Panamá necesita un banco con capital panameño”, dice Federico Humbert, de 74 años de edad, y el presidente conservador del mayor banco del país,, formado a comienzos de este año,  cuando el Banco General y su rival local, el Banco Continental se fusionaron.

Con una porción del mercado de más de 15% (en activos totales) y más de 35% en sectores como financiamiento de hipotecas, el nuevo banco es lo suficientemente grande parta mantener su posición en medio de la racionalización turbulenta que se ha apoderado del sector financiero de Panamá  en los últimos meses.

Cuatro acuerdos en la última parte del año pasado han cambiado totalmente el paisaje competitivo. Primero, HSBC, del Reino Unido, adquirió el mayor banco de Panamá -Banco del Istmo, mejor conocido como Banistmo- en un negocio por US$1,8 millardos que fue aprobado por los reguladores en octubre.

El Citibank compró Grupo financiera Uno, el mayor emisor de tarjetas de crédito de América Latina, por US$1,1 millardos, y poco después el grupo bancario de EEUU añadió UBC Internacional, por un extra de US$1,5 millardos.

Finalmente, vino la respuesta interna, que Humbert dice era muy necesaria para asegurar la supervivencia. “Tuvimos que hacerlo para no dejar nuestro espacio en el escenario”, dice.

Humbert cree que los defensores nacionales son necesarios para evitar el tipo de vulnerabilidad que sufrieron países como Argentina, que vio la mayoría de sus grandes bancos caer en manos extranjeras en los años de 1990.

Sin embargo, el comprende las rezones para la actividad de los intereses internacionales. Impulsada por la fuerte demanda de sus servicios basados en la economía, Panamá está creciendo rápidamente y el sector bancario a un paso más rápido que la economía en su totalidad.

A finales del año 2006, los activos consolidados totales en el sector bancario alcanzaron US$52,2 millardos, o 16.4%, un nivel superior a  un año antes. Los préstamos alcanzaron US$31,5 millardos, en contraste con los US$27,3 millardos del  periodo anterior.

Y mientras que los negocios extranjeros solían dominar la banca panameña, ahora, más de la mitad de los activos bancarios  son domésticos.

Los banqueros dicen que la demanda de préstamos para financiar segundas viviendas en Ciudad Panamá y los lugares de descanso en pueblos del interior para  los “baby-boomers” retirados de Estados Unidos, Canadá y España ha estado aumentando rápidamente.

La expansión del Canal de Panamá dará un gran impulso a los negocios agrupados en el sector marítimo, y el acuerdo de libre comercio con EEUU, que se espera el congreso apruebe pronto, traerá oportunidades adicionales. Además, la banca panameña es rentable según las normas internacionales.

En 2006, el retorno sobre las acciones promedió 15.7%, dijo el superintendente de la banca en una conferencia el año pasado. Además, la calidad de los negocios en todas laa áreas de la  industria ha mejorado.

En un informe reciente, el superintendente de la banca dijo que la característica principal del resultado que se observa en los últimos tiempos  había sido la expansión en la calidad del crédito. El sector también ha recibido la ayuda de una importante mejoría en las normas reguladoras.

Varias organizaciones internacionales han elogiado la mejoría en la supervisión. En 2005, el fondo Monetario internacional dijo que “la fuerte supervisión y regulación han ayudado a preservar la solidez del sistema bancario que continúa estando bien capitalizada, es altamente rentable y que cumple en gran medida con los principios principales de Basilea [de adecuación de capital].”

Por otra parte, la eliminación del país tanto de la lista negra de paraísos fiscales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de la lista negra del Grupo de Trabajo de Acción Financiera (GTAF) de países que no cooperan con la lucha contra el lavado de dinero ha incrementado su credibilidad.

Las normas

No obstante, Humbert sigue estando un tanto preocupado por las normas. Describe el “boom” en el mercado inmobiliario como una “burbuja”, y -solo medio en broma- alega que algunos de sus rivales han eprido tanto el contacto con los fundamentos que están dispuestos a hacer préstamos a largo plazo a sus pensionados.

No obstante  ser  un partidario de la legislación del gobierno que ofreció hipotecas subsidiadas por propiedades de hasta US$60,000, también le preocupa que a su personal lo estén excluyendo los precios por el mercado local de la vivienda.

“Eso es lo que me dicen constantemente”, dice Humbert quien desayuna con dos miembros de su equipo elegidos al azar todos los jueves.

Y Humbert, quien ha estado al mando del Banco General por más de 30 años, sabe que ya los bancos extranjeros han hecho sus maletas y se han ido de Panamá en otras ocasiones. Entre 1987 y 1989, cuando se detrioraba la estabilidad política, 23 bancos dejaron el sector bancario internacional.

 “Los bancos japoneses estaban aquí por montones. Los bancos alemanes estaban aquí, y ahora no hay ninguno. Hemos crecido, pero aún conozco a los clientes por su nombre”, dice.

VERSIÓN AL ESPAÑOL IVÁN PÉREZ CARRIÓN

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