Banqueros venezolanos se enriquecen con la revolución de Chávez

Banqueros venezolanos se enriquecen con la revolución de Chávez

Es tradicional que los banqueros se enfrenten a los pelotones de fusilamiento en tiempos de revolución. Sin embargo, en Venezuela están de fiesta. Diran Sarkissian, presidente de la subsidiaria local de Stanford Bank, un banco con operaciones en ultramar radicado en la isla caribeña de Antigua, está orgulloso de la lista que crece rápido de clientes de alto valor neto que están disfrutando la “Revolución Bolivariana” estilo Chávez.

 “En cuanto al crecimiento, nos sentimos muy felices”, dice el señor Sarkissian. Eso pudiera ser una verdad a medias. Los depósitos se han incrementado en 600%, a US$106.0 millones (£57 millones, _84 millones) este año, desde que el banco abrió sus negocios en Caracas.

Las tarjetas de crédito “negras” de Stanford Bank ahora reportan el balance de fin de mes más alto de todas las tarjetas Mastercard emitidas en Venezuela, aunque ha emitido muchas menos que otros bancos, añade. “Hemos apuntado al extremo superior del mercado”.

La abundancia de tarjetas de crédito “negro” por lo general ilimitado de Venezuela parecería no encajar con la retórica anticapitalista feroz y sus amenazas ocasionales de encarcelar banqueros.

“Tenemos que transformar las estructuras del capitalismo”, dijo en un discurso reciente condimentado con citas del icono rebelde Che Guevara.

Pero hasta ahora, en lugar de nacionalizar los bancos, la distribución “revolucionaria” del dinero del petróleo ha empollado individuos ricos que están haciendo cada vez más de Caracas un imán para los banqueros suizos y de otras nacionalidades. Y no son solo los banqueros privados los que están lucrando con la revolución. 

Francisco Faraco, un consultante de la banca, dice que los bancos comerciales locales están disfrutando sus tiempos más fecundos de la historia bajo el señor Chávez: “Los bancos venezolanos no han visto una contracción ni un solo trimestre desde 2003.”

En 2002, cuando los precios del petróleo eran bajos y la economía estaba en una recesión profunda, la administración Chávez emitió miles de millones de dólares de deuda interna de alto rendimiento que fue degustada por los bancos. Márgenes de tasas de interés de dígitos dobles colocaron a los bancos del país entre los más rentables de América Latina.

Pero en la medida que los precios del petróleo han ido subiendo desde entonces, el gasto del gobierno ha aumentado 70% y la economía ha crecido con rapidez, en 17.9% en 2004 y 9.3% el año pasado. El gasto y los controles en el cambio han llevado a una gran expansión de liquidez y han incentivado la demanda de crédito.

Durante 2005, los activos bancarios subieron de US$29,3 millardos a US$39,8 millardos y los del portafolio de préstamo de los consumidores ha crecido en cerca de 200% durante los últimos dos años. Los bancos han empezado a prestar efectivo en forma agresiva hasta para los servicios más improbables, como cirugía cosmética.

Oscar García, presidente de Banco Venezolano de Crédito, dice que desde finales de 2005, un grupo de bancos venezolanos también se ha beneficiado con los negocios de reventa monetarios respaldados por el gobierno relacionados con los bonos soberanos argentinos en dólares.

En meses recientes, el gobierno compró US$3,6 millardos de bonos argentinos, el grueso de los cuales ha estado vendiendo a la tasa de cambio oficial del bolívar a los bancos locales para absorber el exceso de liquidez. A su vez, los bancos revenden los bonos y ganan con la venta de bolívares a una tasa más alta del mercado negro tolerada. No está claro cuánto ganan los bancos con estos negocios de reventa, puesto que las operaciones a corto plazo no aparecen en sus hojas de balance. Pero algunos economistas estiman que para algunos bancos eso pudiera representar el rubro más importantes de sus ingresos.

 “Gracias a la cálida relación de algunos banqueros con el gobierno, a los bancos de Venezuela les ha estado yendo extremadamente bien, en realidad, mejor de lo que indican sus hojas de balance oficiales”, dice el señor García.

Sin embargo, los analistas están preocupados porque los bancos han visto estrecharse el margen de tasa de interés en el último año desde que el gobierno fijó los techos y pisos de la tasa. Las provisiones de pérdida de préstamos han caído a 2.45 del total de préstamos, el nivel más bajo desde la crisis financiera de 1994, cuando quebró una docena de bancos.

Franklin Santarelli, director de Fitch Ratings, en Nueva York, que el mes pasado degradó varios bancos venezolanos, dice que la rentabilidad de las instituciones financieras de Venezuela pudiera decaer por otra razón.

 “El riesgo principal que está presente en la perspectiva negativa para los bancos venezolanos está relacionado con la posibilidad de más intervención por parte del gobierno”, dice.

Hinchado por el dinero del petróleo, el sector público ya se ha convertido en el mayor depositante y los bonos del gobierno componen la mayoría de los activos de muchos bancos.

La legislación que obliga a los bancos a prestar a tasas inferiores a las del mercado a los agricultores y ordena los microcréditos, significa que cerca de un tercio de los préstamos totales ahora se conceden por una directiva del gobierno, en lugar de por una evaluación del riesgo financiero.

Ruth de Krivoy, presidenta de Síntesis Financiera, una consultoría, dice que el gobierno también está preparando el control de las tarifas. “Las tasas de depósitos y préstamos están reguladas, y pronto van a regular las tarifas”, dice. Si la práctica del “socialismo del siglo XXI” del señor Chávez empieza a ponerse al nivel de la retórica, dice el señor Faraco, se va acabar la fiesta de los banqueros.

“En una economía socialista usted asigna recursos como resultado de la voluntad de quien gobierna, pero en una economía capitalista, los recursos se asignan como resultado de un análisis del riesgo”, explica. “Son dos criterios completamente incompatibles”.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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