Barack Obama llegó para quedarse

Barack Obama llegó para quedarse

ANTONIO PEÑA MIRABAL
Cuando Barack Obama llegó al Senado de los Estados Unidos con el apoyo del 69.97% de los votantes del estado de Illinois y posteriormente los demócratas lo responsabilizaron del discurso central de su Convención en el año 2004, con apenas diez años de ejercicio político y 42 de edad, es porque reúne condiciones excepcionales que lo colocan en el centro del torbellino político de esa gran nación. Aunque algunos establecen que no ganará la candidatura de su partido, las encuestas lo colocan en una posición privilegiada frente a los demás pre-candidatos, lo cual obligará a la senadora Hillary Clinton a tomarlo en cuenta, si es que definitivamente se convierte en la candidata presidencial de los demócratas. No solamente las encuestas reflejan el avance de Obama en la carrera presidencial norteamericana, otros aspectos surgidos a raíz de su incursión en la política demuestran que llegó para quedarse.

De acuerdo a una encuesta realizada en el mes de junio por Associated Press-Ipsos, la senadora Clinton encabezaba la contienda interna demócrata con un 33% de la intención del voto, mientras que Barack Obama alcanzaba el 21%, para una diferencia de 12 puntos, lo cual no es significativo si tomamos en cuenta que Hillary duró ocho años siendo la primera dama de uno de los presidentes más populares de los últimos tiempos de Estados Unidos y que Obama apenas inicia su carrera política. Para el mes de julio las encuestas señalaban que la senadora demócrata alcanzaba un 37% de simpatías, mientras que Obama llegaba al 23%, lo que ensancha la diferencia a catorce puntos. Hay un aspecto importante que las encuestas señalan, y es que del 12% de intención del voto que favorece a John Edwards, la gran mayoría apoyaría a Obama si su candidato abandona la pre-candidatura, lo que de ocurrir pondría en aprietos a la esposa del ex-presidente Clinton. Pero hay algo más, una encuesta nacional realizada por la revista Newsweek determinó que el 92% de las personas consultadas declaran que ellas sí votarían por un negro para la Presidencia, mientras que el 59% creen que el conjunto de la sociedad norteamericana sí está preparada para aceptar un mandatario de color, lo que establece con claridad que para las próximas elecciones presidenciales norteamericanas la raza no va a ser un factor decisivo a la hora de los ciudadanos ejercer el derecho al voto.

Fuera de las encuestas hay indicadores que perfilan a Obama como un político fuera de serie. La revista Time Magazine de mediados del mes de julio informa sobre la conformación de una red de jóvenes voluntarios que se ha dedicado a conseguir recursos económicos para cubrir los gastos de la campaña del senador de Illinois. Son más de 9,500 los voluntarios que a través del teléfono, cartas e Internet lograron donaciones por 32.5 millones de dólares en el segundo trimestre del presente año, dejando atrás a la senadora Clinton por más de 10 millones de dólares. La cifra de Obama es la mayor cantidad de dinero recaudado por un candidato demócrata en un trimestre previo a una elección estadounidense. Lo importante de esta suma es que procede de pequeñas cantidades enviadas por unas 258 mil personas, la mayoría de medianos y pequeños ingresos, lo que contrasta con las donaciones obtenidas por Hillary, las cuales proceden fundamentalmente de una menor cantidad de personas de altos ingresos. Ante estas cifras, el experto en el tema de fondos de campaña de la Universidad de Fordham, en Nueva York, Costas Panagopulos, señaló lo siguiente: «Los números del segundo trimestre sugieren que es un candidato (Barack Obama), formidable, que llegó para quedarse. La contienda para la nominación demócrata será feroz, quizás más de lo que se había anticipado».

La popularidad de Obama ha impactado tanto a la sociedad norteamericana, que la hija del pre-candidato presidencial republicano, Rudy Giuliani, Caroline Giuliani, se enroló como miembro del grupo Facebook de Obama, denominado «Barack Obama (One Million Strong for Barack)», en un abierto gesto de apoyo al joven candidato demócrata. Como había de esperarse, la casa de campaña de Giuliani en Iowa, creó las condiciones para que la joven Caroline abandonara dicho grupo, por el efecto que sobre la candidatura de su padre representaba su permanencia en el mismo. La percepción que existe en la población votante norteamericana es que si Barack Obama no alcanza la candidatura presidencial, y la senadora Clinton se alza con la misma, ésta tendría que llevarlo como su candidato vicepresidencial, porque ha logrado concitar apoyos que por sí sola Hillary no es capaz de conseguir. La fórmula Hillary-Obama sería imbatible y derrotaría paradigmas de género y razas que hasta el momento gravitan en la política de ese gran país, pero sobretodo, el mundo tendría la oportunidad de conectar con una nueva forma de hacer política.   

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