Con la votación de los once miembros del Consejo de Seguridad Ampliado de las Naciones Unidas, el 23 de diciembre último, votó la resolución 2334 condenando las ocupaciones (robos de tierras) ilegales del Estado de Israel en Cisjordania, con la ocupación de 600 mil colonos judíos.
Por primera vez en la historia de 60 años que cumple en este 2017 la fundación del Estado de Israel, Estados Unidos emite un voto de condena, absteniéndose en la cita memorable, que avalaron España, Rusia, Francia, Reino Unido, China, Japón, Egipto, Uruguay, Angola y Ucrania.
Cisjordania era parte del reino de Jordania, cedida el 31-07-1988 por el rey Hussein a los palestinos para que junto a la Franja de Gaza y Jerusalén oriental, fundaran el Estado Palestino, que ha sido reiteradamente boicoteado por el Estado de Israel, con la complicidad censurable de todos los gobernantes norteamericanos, hasta ese 23 de diciembre último.
Esa decisión de la ONU, orquestada inequívocamente por el presidente Obama, demuestra que la decisión de Estados Unidos resulta clave para la injustamente demorada proclamación del Estado Palestino, que el inquilino de la Oficina Oval, que desocupa el día 20 de este mes, debió propiciar al inicio de sus dos administraciones, pero más vale tarde que nunca.
La reunión del día 15 de este mes en París de ministros de Exteriores de 70 países, convocados por el presidente Obama, es vital para el propósito de proclamar el Estado Palestino, que todos deben crear luego de la cita, esta vez en Naciones Unidas, Estados Unidos iniciando la proclama.
El presidente Mamud Abbás debe proceder entonces, a trasladar el escenario a la Corte Penal Internacional, que sí es vinculante, y fundar, ¡al fin!, el Estado Palestino.