La calidad en sentido general se ha convertido en la estrategia principal para las empresas turísticas, un elemento diferenciador dentro del agudo ambiente competitivo que predomina en el sector. Desde hace algunos años el sector turístico se halla inmerso en un proceso de cambio que ha convertido a la “calidad”, en uno de los elementos más preciados para los turistas como para las empresas que auditan a estos complejos.

La gestión de la competitividad trabaja de la mano con el trato personalizado razón por la cual el hotel Barceló Punta Cana ha adoptado este concepto como su principal visión, logrando así incrementar cada año un alto por ciento en la repetitividad de sus clientes que para ellos son una gran familia.

De acuerdo a Marco Castillo, gerente general del hotel, del total de clientes por mes el 2% corresponde a clientes repetidores, incrementando un 3% entre un año a otro, destacando que estos turistas provienen de diferentes nacionalidades sobresaliendo Europa, Estados Unidos y Canadá.

Castillo dijo “el hotel cuenta con una cadena de clientes repetidores increíble. El gran secreto del complejo hotelero está en la calidad del servicio, pues vienen alrededor de 120 clientes repetidores de todas las latitudes del mundo, ya no le llamamos clientes somos familia”.

El ejecutivo destacó que estos vienen tres y cuatro veces al año y puso como ejemplo que de Alemania vienen y duran hasta seis y cuatro meses, mientras que de Canadá vienen hasta cuatro veces por año.

Un premio a la fidelidad. Castillo explicó que el trato hacia estos clientes es superior, pues siempre hay que premiar la fidelidad, por ello durante la estadía de estos reciben como cortesía del hotel una cena privada en su restaurante a la carta, además le otorgan un upgrade de habitación, con servicio personalizado y regalo especial que consiste en un t-shirt con una leyenda que dice “I’m happy to be back“, (estoy feliz de regresar).

Una de las historias más emotivas y contadas por los ejecutivos es la de Cristina, una turista alemana que dura seis meses completo en el hotel, es su segunda casa, allí le brindan un trato personalizado, saben cada uno de sus gustos y siempre recibe el valor humano, ese toquecito dominicano que brindan que es su carta de presentación.

Para elevar su calidad. El Barceló Punta Cana está enfrascado en un proceso de cambio, el cual busca elevar su competitividad y para ello invirtió unos US3 millones en la remodelación de su infraestructura en la primera fase. Estos cambios incluyen el remozamiento de 400 habitaciones con nuevo mobiliario y accesorios, renovación de mobiliario en el restaurante Marenostrum y nuevas sombrillas, el jacuzzi del área de la piscina y las tumbonas en el área de la piscina principal.

“Se construyeron las aceras tanto peatonales como para vehículos, aunque la mayor inversión está en las habitaciones; se removieron los pisos, se pintaron, se cambiaron las cabinas de baño, los mandos de las duchas, los cristales, los televisores y todas las unidades de aire”, afirmó Castillo.

De igual forma, el buffet principal fue remodelado con terminaciones de primera, el cual le otorga un look elegante, más moderno y a la altura de los más finos restaurantes.

La oferta de ocio del Barceló Punta Cana, está orientada para el disfrute en familia.