Barcelona, del cine de autor a la cocina fusión

Barcelona, del cine de autor a la cocina fusión

EFE-REPORTAJES. La Barcelona de Woody Allen, reflejada en el filme “Vicky, Cristina, Barcelona”, se reinventa a sí misma con nuevos hoteles y restaurantes inspirados en la fusión étnica entre barrios, para adoptar una cocina de platos y sabores mestizos en lugares de diseño.

Barcelona cuenta con viejos entornos recuperados para la ciudad, como el barrio del  Raval, a espaldas de las míticas ramblas, en donde los locales más vanguardistas con clientela universitaria conviven con las tiendas de emigrantes abiertas las veinticuatro horas y con la ciudad “canalla” de los noctámbulos de toda la vida.

Allí, en la misma rambla del Raval, se alza el nuevo hotel  Barcelona-Raval, un innovador edificio de planta elíptica con casi cuarenta metros de de altura, coronado por una fantástica terraza con piscina desde donde se puede contemplar una visión  de 360 grados de Barcelona. Sus cuatro catalejos prometen vistas tan privilegiadas como insólitas desde los cuatro puntos cardinales.

En su primer piso, este hotel cuenta con un restaurante especializado en tapas-fusión, el B Longe, que abre sus puertas a los paladares más exigentes. Su oferta gastronómica se distingue por la mezcla sin perjuicios de diferentes tipos de cocina y técnicas de todo el mundo: asiática, árabe, india y catalana, con productos escogidos del cercano mercado de La Boquería, considerado uno de los mejores del mundo.

Por veinte euros (26.5 dólares), dos personas pueden deleitarse con una selección de once tapas y un postre sorpresa, entre los que se incluyen desde las tradicionales papas bravas españolas hasta el hummus marroquí especiado o una samosa (empanada) de cordero, y culminar con un capuchino de yogur sorpresa con helado artesano de plátano y gominolas cítricas.

Durante casi todo el día, el B Longe ofrece servicios de tapas, comidas y sándwiches, además de cocteles, tanto en un restaurante con capacidad para 125 personas como al aire libre, en la plaza  Manuel Vázquez Montalbán, en una terraza de 180 metros cuadrados al lado del mítico restaurante popular Casa Isidro, donde el escritor que da nombre al lugar se inspiró para ambientar los menús de su personaje, el comisario Carvallo.

Cocina “Fun Eating” en el barrio del Ensanche

En una zona más céntrica, el tradicional barrio del Ensanche, recalamos en el restaurante Wagaboo, promotor de la denominada comida “Fun Eating” a unos precios accesibles. “Un restaurante lleno de colorido en el que se puede disfrutar de deliciosas pastas hechas al momento, probar nuevas recetas de cocinas remotas o experimentar nuevas sensaciones en un ambiente audaz y desenfadado”, a juicio de uno de sus propietarios, Borja Domínguez.

Los hermanos Alfonso y Borja, con cinco restaurantes en barrios estratégicos de Madrid, lanzan ahora su apuesta en el corazón del ensanche barcelonés, entre Paseo de Gracia y la calle Pau Claris, un establecimiento interactivo en el que se puede escoger y seleccionar mesa por Internet.

Entre sus especialidades, tanto la pasta la mien con pollo (7.50 euros o casi 10 dólares), como el Tajine Casablanca (6.90 euros) o el ceviche peruano (7.90 euros) o una pasión de chocolate blanco como postre   (4.90 euros ó 6.5 dólares)  “con un toque ‘fun’ adaptado a los gustos occidentales”, subraya Borja Domínguez.

 “A mediodía, nuestro restaurante ofrece un menú de 12.07 euros (unos 17 dólares)  con dos platos a elegir entre seis de cada grupo, pan, bebidas, postre o café y ahora acabamos de lanzar el ‘Menú Express’  a 8.05 euros (unos 10 dólares), en el que servimos  en una misma fuente  dos platos diferentes”,  informa Borja.

Del pescado de lonja al sushi

Y ya, en pleno corazón de la Ciudad Condal, nos adentramos en “Fishop”, una “pescadería moderna”, como reza en el subtítulo, situada ante las puertas del Boulevard Rosa, un tradicional centro comercial situado en pleno Paseo de Gracia barcelonés,  una de las arterias principales de la Ciudad Condal.

En el “Fishop”,  uno de los ocho restaurantes de la firma Can Travi, propiedad de la familia Solé, el visitante podrá escoger el pescado que desee cocinado por las  expertas manos del chef Marc Gascón, propietario de una estrella Michelín, o bien llevárselo para cocinarlo en la intimidad de su hogar y a mejor precio.

En el otro lado del restaurante, una barra de sushi, servida por el brasileño Saulo, hace las delicias de los clientes de oficinas cercanas. Por dieciocho euros pueden escoger un primer plato, un sushi de segundo y el postre elegido. Los amantes del pescado de lonja mediterráneo o cantábrico seguro que disfrutarán con el marisco gallego o con el pescado de Palamós  a la plancha o con ajo y guindilla, sin olvidarnos del mítico pulpo a la gallega, todo ello acompañado de una coca tostada.

La clave

1.  Edificio de planta elíptica

En la misma rambla del Raval  se alza el nuevo hotel Barcelona-Raval, un innovador edificio de planta elíptica con casi cuarenta metros de  altura, coronado por una fantástica terraza con piscina desde donde se puede contemplar una esplendorosa visión  de 360 grados de Barcelona.

Zoom

A precio de lujo

Hotel  Murmuri, un lujo a precio de lujo.  Y si durante nuestra visita gastronómica por Barcelona hemos podido ahorrar algún dinero, el restaurante Murmuri, en los bajos del hotel del mismo nombre, situado en la rambla de Cataluña, les puede ofrecer las especialidades tailandesas del chef Ian Chalermkittichai, formado en escuelas de Londres y Sydney.

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