Barcelona empata en la Liga Española

Barcelona empata en la Liga Española

BARCELONA (EFE).- El Barcelona fue capaz de sumar un punto agónico (3-3) ante el Betis después de superar su propia ansiedad por ganar el partido y por dar un paso más en su carrera hacia el título.

Se habían conjurado los jugadores del Barcelona durante toda la semana para centrarse exclusivamente en el Betis y dejar de lado los rumores sobre la celebración de una Liga que se da por ganada en el entorno azulgrana.

Sin embargo, el equipo catalán acusó ese miedo a ganar que a veces atenaza a los equipos más experimentados. Tan impaciente como su público, el Barcelona desplegó un juego demasiado directo y precipitado, muy sediento de victoria, con ganas de superar este partido y los que vendrán después para darse el gustazo de cantar el título de Liga desde el balcón de la plaza de Sant Jaume.

Volvía el Barcelona a disputar un partido de Liga a las cinco de la tarde del domingo, algo poco habitual en un Camp Nou acostumbrado a plegarse a los horarios nocturnos televisivos.

Espoleado por el horario y por la sensación de vislumbrar ya en un horizonte muy cercano el título, el público completó una entrada muy digna en el estadio azulgrana, poblado de familias enteras y con más niños que nunca.

Impaciente por cerrar cuanto antes cinco años de sequía, la afición transmitió al equipo esa ansiedad, multiplicada por la cercanía del clásico.

El Real Madrid ya espera a la vuelta de la esquina, y era necesario aprobar la reválida ante el Betis para llegar al Santiago Bernabéu en plenas condiciones de sentenciar la Liga.

El propio director deportivo del Barcelona, Aitor »Txiki» Begiristain, ejemplificó la sensación que flotaba en el Camp Nou. «Hay cierta precipitación, parece que hay una sensación de nervios en el ambiente, una ansiedad que se traslada al juego», reconoció, en referencia a la impaciencia de la grada por cantar el alirón.

Casi de incógnito, como invitado a los preparativos de una fiesta aún incierta, el Betis fue a lo suyo. Supo recurrir a su mejor arma, su enorme poder ofensivo, y hasta el último suspiro tuvo en su mano la posibilidad de ser el único equipo de la Liga que ha ganado al Barcelona en casa y fuera, pese a jugar casi todo el partido con diez hombres.

Pero el Betis se topó con Pino Zamorano. El colegiado había acaparado demasiada atención a lo largo de los días previos, y señaló dos penaltis que acabaron por salvar al Barcelona de una derrota segura que indignaron al equipo andaluz.

Pino abandonó el campo rodeado por un enjambre de futbolistas verdiblancos, más indignados con la labor del árbitro que decepcionados por un empate con sabor a derrota.

 

 

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