Con el auspicio de la Fundación Sinfonía fue presentado en el Teatro Nacional el mítico director Daniel Barenboim, quien al frente de la Orquesta West Eastern Divan ofreció el concierto Todo Beethoven, algo verdaderamente histórico que será recordado por mucho tiempo.
La entrada de los jóvenes músicos produce a priori, la simpatía del público, y luego, Barenboim es recibido con un prolongado aplauso. Ya de frente a la orquesta, se escuchan los primeros compases de la Cuarta Sinfonía de Beethoven, que poco a poco colma la estancia apoderándose de los sentidos, produciendo el hechizo.
Hay en Daniel Barenboim una intención precisa de comunicar la música, un convencimiento de que lo escrito por el compositor, sólo tiene sentido en la medida en que el oyente pueda valorar los sonidos a través de la ejecución perfecta de los músicos, en tal sentido, incorpora sus profundos conocimientos musicales y su sensibilidad pianística a la orquesta, y distribuye los instrumentos de manera que pueda lograr mayor calidad a la misma, dando preeminencia a los contrabajos de sonidos graves, los que menos capta el oído humano. La colocación de las tarimas para las distintas familias instrumentales, actúan como cajas de resonancia.
La Cuarta Sinfonía, considerada como un homenaje a Mozart, es en cada compás inconfundiblemente beethoveniano. La definición de los planos sonoros es exhibida de manera palmaria, las interrupciones del movimiento orquestal y el traslado del tema desde un grupo instrumental a otro, se muestran con notable nitidez.
La conocida Tercera Sinfonía Heroica- en un principio dedicada a Napoleón Bonaparte, destaca por el gigantismo de su forma; en el primer movimiento muy extendido, destaca la exhaustiva elaboración del desarrollo temático.
La marcha fúnebre del Adagio es una referencia al héroe, y en el Finale con su apasionada Coda, considerada un milagro musical, aparece una melodía aparentemente trivial de contradanza, que Beethoven empleó en su ballet Prometeo, que termina convirtiéndose en un tema con variaciones contrapuntísticas ingeniosas. Barenboim aborda con singular maestría las complejidades de la Heroica, desde el punto de vista sinfónico armoniza la relación entre los cuatro tempos logrando una impresionante respuesta de la orquesta en los pianísimos, desvanecientes en la nada.
Unidos su talento extraordinario y memoria perfecta, lo que le permite abordar la dirección sin necesidad de partituras, a una gran sensibilidad, poder de seducción, poética musical y concepción estilística, hacen de Daniel Barenboim un músico de excepción y un ser humano capaz de derribar fronteras físicas e ideológicas a través de un arma, la más idónea: la música.
La West Eastern Diván
Responde a los mandatos, al poder de seducción de su director; la juventud de sus miembros, sus habilidades de instrumentistas, la colocan entre las más importantes de nuestros tiempos. Por mucho tiempo vivirán en nuestros recuerdos las emociones vividas en esta noche memorable.
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Un dato
Daniel Barenboim
El músico y director argentino de familia judía de origen ruso, nacionalizado israelí y español, y con la ciudadanía palestina, se presentó por primera vez en la República Dominicana en calidad de pianista, a principios del año 1982, ofreciendo en la sala grande del Teatro Nacional el Concierto No. 2 de Beethoven, acompañado de la Orquesta del Trasatlántico.