Barras energéticas: ¿la solución para perder peso?

Barras energéticas: ¿la solución para perder peso?

POR SILVIA JIMENEZ
-Estimada Dra. Jiménez: Tengo problemas de sobrepeso. Algunas dietas me han ayudado a perder las libras que quería en el momento, pero enseguida las volví a recuperar. ¿Las barras de energía (Energy Bars) pueden ser de ayuda para perder peso? ¿O es otro engaño de la industria de los alimentos procesados? María Eugenia

-Estimada María Eugenia:

Las ahora famosas barras de energía aparecieron en el mercado en 1987, originalmente diseñadas para atletas, que necesitaban energía extra para mejorar su rendimiento. Para atletas, el comer calorías extra en entrenamientos demandantes es de beneficio, para poder mantener los niveles de energía necesarios. Sin embargo, la industria de los alimentos procesados tomó ventaja de este concepto, y en los años 90, las barras energéticas proliferaron en tiendas de productos naturales y supermercados. Y para la sociedad moderna, sin tiempo para nada, con elevados niveles de estrés, y en busca de la solución fácil, un bocadillo rápido, que se puede llevar en la cartera, y con promesa que ayudará en la pérdida de peso, parece muy conveniente.

Investigadores realizaron estudios en “Ball State University” en Indiana, con hombres y mujeres en programas de ejercicio, a los que se les administraron barras de energía, bagels y/o otros carbohidratos (antes y durante el ejercicio). No se encontró diferencia en los niveles de energía o en el rendimiento, con un tipo de carbohidrato o el otro.

Las barras energéticas varían muchísimo en su porcentaje de carbohidratos, proteínas, grasas y otros nutrientes. Los carbohidratos son la fuente de energía inmediata. Sin embargo, hay que leer las etiquetas cuidadosamente, porque algunas de ellas proveen muchas calorías en forma de grasas, azúcares, y endulzantes, que no se cuentan en el porcentaje de carbohidratos y pueden contribuir a la ganancia de peso.

El hecho de que algunas de ellas tengan vitaminas, minerales, carbohidratos complejos, proteína de soya y/o ácidos grasos esenciales, no las convierte en una fuente “única de nutrientes, y mucho menos en sustituto de un tipo de comida. Por el contrario, hay que tener cuidado, porque muchas contienen en una solo barra, el 100% de los requerimientos diarios de algunas vitaminas y minerales, que puede producir problema de sobredosificación, si la persona ya está tomando suplementos.

Veamos el lado positivo: usted está en su oficina, tiene unos 15 minutos libres para comer algo en la mitad de la tarde. Se come una barra de energía y con esto puede mantener la saciedad hasta la cena, en este caso es una buena escogencia, en lugar de comerse un perro caliente, una bolsa de papas fritas o una barra de chocolate.

Hay ahora en el mercado muchas barras bajas en carbohidratos. Sin embargo, no se engañe, lea cuántas calorías está consumiendo y se sorprenderá de la cantidad elevada en muchas de ellas.

La mejor combinación, si desea comer la barra como un “tentempié”, es 40-30-30 que describe el porcentaje de carbohidratos, proteína y grasa respectivamente. Porque tienen más proteínas que las barras energéticas elevadas en carbohidratos. La proteína se digiere más lentamente en el aparato digestivo, evitando la fluctuación de los niveles de azúcar en la sangre, que al bajar (hipoglicemia), hacen que la persona sienta hambre de nuevo. 

La verdad es que ningún bocadillo contribuye a la pérdida de peso por sí solo, si no está incluido en una alimentación sana. Como es su experiencia hasta ahora María Eugenia, las dietas no funcionan, porque no nos enseñan a modificar los hábitos de alimentación y estilo de vida, que nos llevó a ganar el peso en primera instancia.

Mi consejo para que pueda quebrar este ciclo para siempre, es empezar poco a poco a modificar su alimentación, incluyendo alimentos naturales como frutas y vegetales frescos, carnes rojas en poca cantidad, preferiblemente pollo o pescado. Cereales y panes de grano entero (integrales), que le darán los nutrientes que necesita su cuerpo para una buena salud, y la pérdida de peso permanente.

No trate de cambiar todo en una semana, su cuerpo responderá con estrés, y el estrés promueve la liberación de la hormona cortisol, que contribuye al aumento de los depósitos de grasa en el cuerpo. Usted no desarrolló los malos hábitos de alimentación en una semana. El cuerpo toma aproximadamente seis semanas para modificar una vieja rutina. Y por último, la modificación de la alimentación combinada con un programa de ejercicio físico, le darán el cambio en la tasa metabólica, necesaria para perder peso. 

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