Barrick Gold y la decisión de un pueblo

Barrick Gold y la decisión de un pueblo

De nuestro origen como nación y de la condición de isleños heredemos el alto espíritu individualista que exhibimos en áreas tan evidentes como la solución a nuestros problemas más elementales, que aunque son de carácter colectivo, optamos por buscarles soluciones particulares, tal es el caso de la falta de agua, pues preferimos hacer un gran pozo con bombas sumergibles antes que en comunidad solucionar esa situación. Del mismo modo preferimos generadores de emergencia o acumuladores de electricidad en lugar de colectivizar la solución a la crisis energética.

De esta injusta relación contractual entre la multinacional minera Barrick Gold y el Estado dominicano lo único  positivo que podemos resaltar es que ha sacado de las entrañas de este pueblo el deseo inquebrantable de estar unido en torno a un propósito nacional: la renegociación de ese contrato. Ese empoderamiento por parte de los dominicanos, ha hecho del caso Barrick un tema de carácter patriótico, ya no solo económico y financiero.

Diferente al pasado, hoy la nación sabe que en esas tierras de Pueblo Viejo puede estar el pago de nuestra deuda pública, el financiamiento de los proyectos sociales del gobierno o de manera muy particular, la solución a la histórica crisis eléctrica del país. Por así decir, al menos tres mil millones de dólares serían necesarios para la solución de nuestros problemas energéticos y tan solo con los mil millones de dólares de multa que la Direccion General de Aduanas pondría a la Barrick Gold, el Estado dominicano pudiera instalar dos plantas de generación eléctrica a carbón de 250 megavatios cada una y con las utilidades de los dos próximos años completar la inversión total.

No podemos negar que muchos de los grandes problemas del país no han sido resueltos por la incapacidad en liderazgo nacional de ponerse de acuerdo respecto a la solución pertinente. Sin embargo, en lo concerniente al contrato de Barrick Gold, tal es la unificación de criterios, que hasta embajadores con misión clara de defender las multinacionales, han tenido que ponerse del lado del pueblo.

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