Llegó diciembre, época festiva para los dominicanos. Un tiempo esperado no solo por la comunidad cristiana que celebra el nacimiento de Jesucristo, sino también, por aquellos que han puesto sobre sus días expectativas, retos y sueños. Es por eso que, en algunos casos, diciembre representa alegría por ser el escenario del cumplimiento, pero en otros, no es más que tristeza y frustración al ver un año pasar sin llevar a cabo lo anhelado, más esto nos dice Dios “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”, Eclesiastés 3:1.
Es un tiempo donde reinan los sentimientos y afloran las emociones. Muchos agradecen el haber terminado un ciclo, algunos recuerdan la pérdida de un ser querido, aquella relación de pareja que no funcionó, así como la distancia de un amigo. Mientras que para otros es un momento de regocijo y diversión para disfrutar junto a familiares y amigos.
Diciembre, un mes muy interesante, donde el marketing de manera sutil fija sus estrategias con el objetivo de persuadirnos, haciéndonos entender que si tenemos dinero debemos gastarlo, total… no tenemos que ser parte de ese grupo que espera enero sin descuadrarse, la idea es gastar. Y es que todas sus ofertas apuntan al consumo o de lo contrario no ha llegado Navidad, esto se debe a costumbres arraigadas, nos han enseñado que el sentido de estas fiestas se basa en dar obsequios, echando a un lado las cosas valiosas e intangibles que podemos compartir; puede ser un abrazo, una palabra de afirmación o algo tan espontáneo como una sonrisa.
Es un mes fantástico, no obstante, es la época donde en el país se registran elevadas cifras de muertes, la mayoría por accidentes de tránsito, intoxicación alcohólica, así como actos violentos. Esto me mueve a hacer un alto y hablarles a esas personas que para estas fechas pierden los estribos, esos que de manera irresponsable ponen en riesgo sus vidas y la de los demás, quiero recordarles lo siguiente; después de diciembre hay vida. Al pasar las festividades tu familia te espera, tus amigos querrán compartir contigo y la empresa donde laboras necesitará de tu apoyo. Por tanto, no pierdas el enfoque, cuídate y cuida a tus semejantes.
¨El hombre prudente ve el mal y se esconde, los simples siguen adelante y pagan las consecuencias¨. Proverbios 27:12.