Son muchas las cosas que se dicen con el silencio, por lo general, las personas prefieren las palabras concretas, dejando a un lado el valor que existe en esta práctica. En estos tiempos, donde la estridencia y el alboroto es el pan nuestro de cada día, el silencio es una bendición.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra silencio tiene varios significados, entre ellos se encuentra:
1. Abstención de hablar.
2. Falta de ruido.
3. Falta u omisión de algo por escrito.
4. Pasividad ante una petición o recurso a la que la ley da un significado estimatorio o desestimatorio.
5. Toque militar que ordena el silencio a la tropa al final de la jornada.
6. Pausa musical.
En relación a estos significados, podemos entender que no todos los silencios denotan lo mismo, es decir, de acuerdo a las circunstancias se escenifica un silencio distinto. ¿Has identificado el origen de tu silencio? ¿Es tu silencio de pasividad, pausa o simplemente no sabes que decir?
Existen momentos donde el silencio puede ser indicador de indiferencia o rechazo, todo dependerá de la situación dada, sin embargo, existe un silencio salomónico, lleno de sabiduría, prudencia y reflexión, capaz de expresa instantáneamente cual es nivel de inteligencia emocional de la persona que lo ejerce.
Recuerda, no siempre el silencio es renunciar a ser escuchado, más bien, es pausar, es paz, es soltar, en fin, es fluir sin tanta cháchara. Si eres de los que sabe apreciarlo, te darás cuenta que en él somos purificados, produciendo en nosotros una metamorfosis que a su paso trae un encuentro cara con nuestro interior.
“Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio, cuando cierra los labios, por prudente”. Proverbios 17:28.