Barrio Seguro

Barrio Seguro

El operativo Barrio Seguro ha demostrado ser efectivo en aquellos sectores donde ha sido aplicado.

Primero en Capotillo y luego en otros doce barrios, este medio de prevención y persecución ha mejorado la seguridad.

La gente de esos sectores se siente protegida y segura porque la constante vigilancia ha puesto en desbandada a los delincuentes.

Sin embargo, estos resultados no significan necesariamente que haya disminuido la delincuencia.

Ha ocurrido que los delincuentes de los barrios ahora bien vigilados y protegidos se han desplazado hacia aquellos sectores a los cuales no ha llegado todavía Barrio Seguro.

Las estadísticas, los índices de delincuencia y criminalidad, se han desplazado, disminuyendo solo en los trece «barrios seguros».

El número de asaltos a mano armada que se cometen por día, los asaltos, despojos de vehículos y otras propiedades, permiten que hagamos estas afirmaciones.

Personal de HOY y El Nacional ha sido víctima de asaltos y atracos con una frecuencia pasmosa, desde luego, en lugares carentes de la protección especial que garantiza el Plan de Seguridad Democrática.

Aunque la tendencia criminal ha quedado intacta, por lo menos hay un buen indicador relacionado con la calidad de la protección que necesitan todos los barrios y poblaciones del país para tener garantía de seguridad.

– II –

Los policías de Capotillo y los doce barrios protegidos han sido reestrenados y preparados para garantizar vidas y propiedades sin uso excesivo de la fuerza ni «intercambios de disparos» injustificables.

El resultado logrado permite deducir que lo que hace falta es una Policía Nacional cuyos hombres estén mejor entrenados y equipados, y por supuesto, mejor remunerados.

Permite entender que la Policía Nacional necesita más personal, de manera que haya número suficiente para vigilar trece barrios en particular, sino el país entero.

Lograr esos estándares requiere una inversión económica cuantiosa, pero que hay que realizar para conjurar la ola de delincuencia y criminalidad que nos está azotando y que cada día se hace más presente y frecuente.

De otro modo, lo que se logrará es continuar desplazando los delincuentes de un barrio hacia otro, mudando, en consecuencia, los índices delictivos.

La ofensiva de los delincuentes amerita que las respuestas obtenidas en Capotillo y periferias tengan alcance nacional cuanto antes.

De otro modo no sería posible contener el avance de una delincuencia cada vez más desafiante, que no escatima crueldad para lograr sus objetivos. Hay que luchar porque el operativo Barrio Seguro, con sus resultados positivos, crezca lo suficiente como para garantizarnos un país seguro.

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