POR MARIEN ARISTY CAPITAN
Aunque  “Barrio Seguro” ha servido para bajar la frecuencia de los crímenes que se registraban en Guachupita, el programa no ha funcionado para controlar el consumo y  distribución de  drogas que existe en la zona.

Así lo afirmó ayer el párroco de la Iglesia San Martín de Porres, Javier Vidal, quien expresó preocupación  ante la dimensión que está alcanzando este problema.

Otro aspecto que le preocupa, indicó Vidal, es que el programa  tampoco parece haber servido para reducir la frecuencia de los delitos menores.

“Hay menos crímenes. Pero, ¿hay menos delincuencia? No lo sé, habría que cuestionarlo”, se preguntó el sacerdote al tiempo de resaltar que están matando a menos gente dentro del barrio.

Hay que reducir las armas

Tras indicar que es importante que se comience el proceso de desarme de la población, Vidal advirtió que en el país es demasiado fácil conseguir un arma de fuego. La mejor prueba de ello, señaló, es que en su comunidad existe una gran cantidad de jóvenes que maneja armas de fuego.

 “Es fundamental que las autoridades tomen la iniciativa de no seguir distribuyendo armas a los jóvenes. Hay que ver cómo es que llegan las armas a sus manos, quién las distribuye, q      uién las vende, qué instituciones son las responsables de armar el barrio”.

Dicho esto, Vidal destacó que desarmar a la población es tan importante como restringir la distribución de armas.

Lo que se impone, entiende Vidal, es que los permisos sólo se le otorguen a quienes pueden hacer un uso responsable de las armas. Además, a quienes realmente lo requieren.