Barrios sufren de polución, inseguridad y abandono

Barrios sufren de polución, inseguridad y abandono

Una cañada, apagones y la delincuencia se conjugan para castigar a los residentes en los barrios La Milagrosa y Las Lilas, del sector Los Tres Brazos, en el municipio Santo Domingo Este.
Esos problemas se alían a otros: deterioro de las calles, falta de espacios deportivos, atención médica deficiente y puntos de droga.
En un recorrido por la zona, moradores consultados describieron las problemáticas que enfrentan y deploraron la ausencia de respuesta oficial.
La cañada que recorre el sector contamina esos barrios, ya que despide olores fétidos y está atestada de basura y de todo tipo de desechos.
En La Milagrosa la situación se torna desesperante, pues algunos delincuentes han establecido puntos de droga cerca de la cañada.
José Miguel González, mejor conocido como “Hippie”, dirigente comunitario con más de tres décadas residiendo en el lugar, señala que ha sido atracado varias veces al salir de su casa en horas de la madrugada.
Deplora la ausencia de patrullaje y la desprotección que sienten, ya que las autoridades no acuden en su ayuda.
Además, explica que algunas personas se dedican a recoger la basura por paga y la arrojan a la cañada, sin que nadie les llame la atención, ante el temor de recibir represalias por parte de esos “viciosos”.
González indica que la contaminación de la cañada produce brotes de dengue y otras enfermedades.
Igualmente asegura que está cansado de luchar por el bienestar de la comunidad, ya que las autoridades no les han hecho caso a sus demandas.
Deplora que hayan retirado del lugar una botica y un centro médico que ofrecía asistencia a los lugareños.
Dice que los apagones constituyen otro azote para la barriada, al igual que las calles deterioradas.
Sin embargo, la situación del barrio Las Lilas es mucho peor que la vivida en La Milagrosa.
Allí las calles levantan una gran polvareda que atenta contra la salud de niños, mujeres y adultos.
Además hay personas que lanzan todo tipo de desperdicios al río Ozama y a un espacio que funciona como un “play” improvisado.
Se trata de un solar apostado a la orilla del río, donde los niños juegan con pelotas y bates.
Zeneida Medina explica que los niños deben jugar ahí porque no tienen dónde practicar deportes, debido a la ausencia de espacios recreativos.
Afirma que la delincuencia no les da tregua, dado que los delincuentes atracan a las personas y roban en casas y negocios, como bancas y colmados.
Explica que el camión de la basura pasa por el lugar una sola vez a la semana, lo que provoca que vecinos lancen desperdicios al río.
Señala que aunque el alcalde ha prometido el arreglo de las calles no ha resuelto ese problema.
No obstante, la principal problemática es la misma cañada que desemboca en el río Ozama.
Allí hay un amplio cúmulo de basura que se desborda cuando llueve y llega a las casas más cercanas, con su mezcla de fetidez y polución, lo que genera enfermedades en el lugar.

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