POR ODALIS MEJIA
Los residentes en barrios próximo a los ríos Ozama e Isabela se mantuvieron en calma y en expectativas ante el paso de la tormenta Olga que aunque trajo consigo intensos aguaceros, contrario a Noel estos no provocaron tragedias de magnitud ni grandes inundaciones.
En esos sectores los organismos de socorro no evacuaron a nadie como prevención, y en algunos casos las personas se movilizaron a casas de amigos y familiares por cuenta propia.
LA ZURZA
En ese sector dos viviendas se derrumbaron ayer luego que una pared de una cayera sobre la otra. Ninguna persona resultó herida. El derrumbe sucedió cerca de la 10:00 de la mañana detrás de la iglesia San Juan Bautista.
Las viviendas derrumbadas son propiedad de Anselmo Mateo y Javier Rosario, quienes vivían junto a sus cuatro y dos hijos, respectivamente, así como sus parejas.
Mateo narró que el hecho ocurrió a media mañana de ayer cuando una pared de la casa de Rosario cayó en la suya, derribándola casi por completo. La pared caída sostenía el techo de la vivienda de Rosario que también resultó dañada.
Todos los enseres del humilde hogar de Mateo permanecían sepultados bajo escombros, puesto que no hubo tiempo de sacar nada.
Rosario dijo que la pared había sido levantada hace algunos días luego de haber sido destruida por un derrumbe ocurrido con la tormenta Noel, el pasado mes de octubre.
Hasta ayer los diez miembros de la familia no habían definido donde se resguardarían.
Mientras que en algunas casas ubicadas en la avenida Perimetral el agua del río Isabela estuvo al punto de penetrar al interior. De inmediato los moradores de esa zona culparon de la situación a la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), ya que mantiene paralizados los trabajos de reubicación y construcción de la obra vial, conexa al Metro, desde hace varios meses.
Los residentes en la zona amenazaron con levantar carpas en la calle y realizar una protesta si el Isabela penetraba en sus casas, ya que las autoridades no han cumplido con su promesa de reubicarlos a un lugar menos vulnerable.
Dijeron que se negarían a ir a los refugios porque alegadamente algunas personas luego pedían ayudas en sus nombres para luego no entregárselas. Entre los denunciantes estaban Isidro Moreta, Virtudes Mateo y Milagros Montero.
LA BARQUITA
En tanto que en La Barquita, tanto de Los Mina como de Sabana Perdida, varios residentes empezaron a refugiarse en casas de vecinos, huyendo de la crecida del río Ozama que había llegado a pocas viviendas.
Yaneris Berigüete, era una de las personas que empezó a sacar sus pertenencias a un lugar más seguro, ya que en la vivienda donde vive junto a su madre el agua empezó a penetrar.
LOS MINA VIEJO
Al otro extremo del Ozama, debajo del puente Padre Castellanos, los residentes en Los Mina Viejo confesaban estar temerosos con la nueva situación que les amenazaba, ya que la experiencia reciente fue dura. Allí muchas casuchas permanecen llenas de lodo y destruidas por Noel. Otras fueron restauradas por sus propietarios, pese a que el gobierno anunció que impediría que se levantaran viviendas en zonas vulnerables.
Por aquí somo lo perro, no vienen ni siquiera porque quieren el voto, expresó Eusebia de los Santos, viuda y madre de dos niños, quien aún está viviendo en una casa ajena. Mientras que Aida Morillo, madre de cinco hijos, todavía tiene su pequeña vivienda de madera casi destruida, observándose algunas pertenencias enterradas en el lodo.
Los Guandules
Isabel de la Rosa, Albertina Ubrí y Romina Ramírez intercambiaban su incertidumbre ante el panorama que le esperaba en caso de que las lluvias anegaran sus viviendas. Alegaban que si acaso esto ocurriera no tendrían a donde ir.
¿Pa dónde es que no van a llevar?, ¿pa donde no vamo a ir?, se preguntaban preocupadas por su destino e indignadas, ya que las autoridades de socorro no habían acudido a la zona a orientarlas donde podrían acudir a resguardarse.
Próximo a ellas estaba Juan Paniagua y Cristina Beltré junto a cinco de sus ocho hijos, restaurando el piso de su vivienda que fue destruido por aguas del Ozama al paso de Noel y que seguía amenazado por Olga. Al iniciar la lluvia, el río empezó a crecer y su humilde hogar se movía como un bote.
LOS GUARÍCANOS
Mientras que en Los Guarícanos varias casas resultaron anegadas por la crecida del río Yaguasa, así como el tránsito por algunas calles era difícil debido a los grandes charcos de agua. En este sector, todavía algunas casas que fueron destruidas por la tormenta Noel permanecían sin levantar.
Ante la presencia de reporteros de Hoy dirigentes comunitarios iniciaron una discusión, ya que algunos defendían a las autoridades municipales de Santo Domingo Norte y otros haciendo criticas.
Fausto Araujo, de Acción Comunitaria, dijo que el ayuntamiento había prestado asistencia, además que se mantenían en contacto para iniciar una evacuación en caso de inundaciones. Esta afirmación era contradecida por Eduardo Luciano, de la junta de vecinos.