Barry Lamar Bonds creció en Riverside, California, bajo la sombra de su padre Bobby Bonds y de su padrino Willie Mays, quienes fueron  jugadores destacados en las mayores.

Sin embargo, Barry no sólo superó a su mentor y a su padrino, sino que se convirtió en el jugador más completo y temido en la historia de las Grandes Ligas.

Demostró sus condiciones desde el bachillerato en San Mateo, California, donde jugó béisbol, baloncesto y fútbol americano. Luego de concluir en 1982, optó por rechazar un contrato de 75 mil dólares de los Gigantes de San Francisco y prefirió ir a la Universidad de Arizona State. Allí obtuvo un grado en Criminología.      

A pesar de en la universidad conseguir números impresionantes, fue descartado para participar en el equipo olímpico de Los Ángeles por su “arrogancia”, temperamento que se vislumbró en su trayectoria en la gran carpa. Ese conjunto lo integraron Will Clark, Mark McGwire y Barry Larkin. 

Entró a la escogencia de jugadores de 1985, donde varias organizaciones lo dejaron pasar por ser “grosero y egocentrista”. Los Piratas de Pittsburgh lo tomaron en el puesto número 6 de la primera ronda. 

Debutó el 30 de mayo de 1986 con los Piratas y desde ahí comenzó a cosechar las mejores estadísticas para pelotero alguno, digno de ingresar al Salón de la Fama, pese a las sospechas de consumo de sustancias que aumentan el rendimiento.

Bonds logró actuaciones importantes que le hicieron conseguir 7 premios de Jugador Más Valioso (MVP), 8 Guantes de Oro y 14 selecciones al Juego de Estrellas; además de ser el líder absoluto en bases por bolas obtenidas e intencionales, mayor slugging en una temporada y único con más de 500 jonrones y 500 bases robadas.

Asimismo, hubo dos episodios en su trayectoria que le hicieron ser reconocido como el amo y señor de los jonrones.

El primero en 2001, al disparar 73 vuelacercas y desboronar la marca de 70 cuadrangulares, impuesta por McGwire en 1998, con los Cardenales de San Luis. Desde ese acontecimiento se comenzó a tomar en cuenta a Bonds para romper el récord de los todos tiempos en manos de Hank Aaron, el Martillo, que posee 755 batazos de cuatro esquinas. Pero las dudas existían porque Barry ya tenía 36 años de edad y 567 jonrones, es decir que le faltarían 188 estacazos para empatar la gran marca.        

Luego de conectar 46, 45, 45, 5 y 26 cuadrangulares, en cinco temporadas, respectivamente,  Bonds se acercó tanto a la cifra deseada que solo era cuestión de tiempo para convertirse en el rey de las bolas fuera del parque. 

Y el segundo suceso memorable para él llegó el 4 de agosto de 2007, cuando empató la marca del Martillo contra los Padres de San Diego.  Luego de tres días, es decir el 7 de agosto,  consiguió el récord que vive hasta hoy.

Al finalizar la temporada, tuvo un retiro forzado a causa de una componenda de las organizaciones. 

Las claves

1.  Retiro forzado

 Barry Bonds conectó 28 cuadrangulares en 2007, año que rompió la marca de jonrones. Sin embargo, no recibió ninguna oferta de contrato para regresar con otro conjunto en 2008.

2.  Salón de la Fama

Los números que consiguió Bonds son merecedores de ingresar al salón de los inmortales, a pesar de las sospechas de que consumió sustancias para mejorar el rendimiento.