BARUCH SPINOZA o la cuestión del to be or not to be

BARUCH  SPINOZA  o la cuestión del  to be or not to be

El filósofo holandés de raíces judías, Baruch Spinoza, pone todo el pensamiento occidental ante la raya de Pizarro trazada a base de cuestiones y dudas fundamentales. Entre muchas otras, las disyuntivas más provocadoras me parecen ser:
Sustancia o Dios personal; inmanencia natural o trascendencia espiritual; materialismo real o panteísmo ideal; necesidad natural o libertad subjetiva; ética o moral; naturaleza liberadora o libre albedrío autónomo; utopía potencial o impotente fantasía; afirmación de la verdad o negación de la contrariedad; régimen democrático y multitud de individuos o masa sojuzgada, revuelta y amoral.
Entre uno y otro lado de esas disyuntivas no hay mediación posible. Es el ser o la nada; no lo uno y lo otro, y mucho menos todo lo contrario. Para el filósofo holandés no hay medias tintas ni mediación posible entre lo necesario y lo quimérico:
“Nunca admiro los sutiles ingenios de aquellos que no sin gran detrimento para la verdad, buscaron algo intermedio entre el ser y la nada” (PM1, III).
La alternativa es inconcebible. Y por ello la tesis doctoral de la profesora de filosofía de la UASD Elsa Saint-Amand Vallejo[1], nos conduce pedagógicamente y de la mano de la obra filosófica de Spinoza hasta dicha raya, en procura de explicar magistralmente los intríngulis conceptuales de la “utopía materialista” del filósofo holandés explicitada en un régimen estatal de índole democrática.
Llegado ahí, sin embargo, me pregunto si, con Spinoza estamos ante “la potencia liberadora de la cultura occidental” o, como intuyo,¿ante cierta anfibología?
Hablo de “anfibología” (Hirschberger) por efecto de la única identidad de la Sustancia espinosista en la que, a mi mejor entender, se diluye en esa larga noche en la que todos los gatos son pardos la singularidad de cada yo individual y, con ésta, la de todos nosotros, la de todos los demás e incluso -para los creyentes de tradición occidental- la de un Dios de naturaleza personal.
Así, pues, ¿por qué la disyuntiva potencia liberadora-anfibología? Como explicito a seguidas se sustenta en la fuerza lógica con que se impone el método espinosista a la hora de filosofar, parafraseando a Nietzsche, con una mandarria geométrica en la mano.
Desde mi punto de vista el continuo ontológico espinosista transpuesto al mundo político es injustificable e inconsecuente a la luz –entre muchas otras- de esta afirmación:
«Las cosas particulares no son sino afecciones de los atributos de Dios, o modos por los que (quibus) los atributos de Dios se expresan de cierto modo determinado».
Por simple deducción geométrica, desconocedora de toda negación y culpa, para Spinoza todas las cosas están en Dios y fluyen de Él con la misma necesidad y en la misma manera «como de la naturaleza del triángulo se sigue, de eternidad en eternidad, que sus ángulos sean iguales a dos rectos».
Pero…, ¿acaso alguien lo duda?, los seres humanos no somos triángulos.
Por eso mismo opino que hay que escudriñar el sentido de las palabras y constatar si la potencia inherente a todo ser, sin excluir al humano, implica un acto no determinado, sino libre, en el que el término “libertad” signifique elección entre opciones reales y usufructo de lo elegido y no el triunfo arrollador de la necesidad natural de dicho ser.
A mi entender -hasta prueba en contrario- la libertad espinosista solo equivale ontológicamente a necesidad y por tanto dista de ser la de algún ser humano.
Cierto, Spinoza, después de entronizar la necesidad y la determinación natural en su ontología substancial, reintroduce a la carrera la libertad en su obra magna, la Ethica, en tanto que revestida de dinamismo y deber en el régimen democrático. Pero no menos cierto, ese subterfugio no hace más que agudizar el problema.
Si uno acepta como bueno y válido lo que escribe Spinoza -“todas las causas finales no son más que invenciones de la fantasía de los hombres”- dicho régimen político no existe ni puede existir. No existe como algo utópicamente realizable en un tiempo futuro, debido al dinamismo potencial intrínseco al ser humano, pues eso sería simple anhelo o aspiración de lo que debe o puede ser, pero que en realidad no es actualmente.
Y no existe tal democracia dado que para el filósofo holandés el mecanismo del mundo es una serie exclusivamente trabada por nexos causales eficientes, cuyas posibilidades o potencialidades son actuales en la necesidad obligatoria con que se realiza, con que se materializa, y no en un proceso social o un devenir histórico zurcidos por aciertos y desaciertos, opciones y resultados, consecuencias y responsabilidades.
A propósito de ese régimen espinosista -ilusoriamente utópico y democrático- añado que en él ni la voluntad de cada individuo humano ni la de la generalidad de los miembros de su sociedad es o puede llegar a ser libre. La razón de esa imposibilidad salta a la vista. Ambas -la voluntad individual y la general- están determinadas dentro de la serie causal infinita de la única substancia espinosista, esa que todo lo engloba y encadena en una misma naturaleza o dios.
Si la interpretación anterior fuera la correcta, como lo considero, entonces el régimen democrático que involuntariamente cifra la “utopía” espinosista se manifestaría como simple sometimiento a una necesidad impersonal más que a decisiones responsables y personales expresadas como el libre juego de mayorías y minorías de hombres libres.
Pero lo importante no es si mi interpretación es o no es correcta. La cuestión es si pone en evidencia o no la vigencia y la actualidad hoy día del pensamiento tres veces centenario de Spinoza, aunque a partir de otro contexto y perspectiva de la misma y única realidad.
De ser así, como argumentaré por motivos de espacio en un próximo artículo, se comprenderá con facilidad el indiscutible acierto de la profesora Saint-Amand Vallejo al estudiar y ayudarnos a descubrir el verdadero sentido de la obra filosófica de Baruch Spinoza.

Fernando I Ferrán es profesor-Investigador del Centro Estudios Económicos y Sociales José Luis Alemán de la PUCMM.

[1]Saint-Amand Vallejo, Elsa:La Utopía Materialista de Spinoza, Santo Domingo, Editora de la UASD, 2018.

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