¡Basta ya!

¡Basta ya!

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Pedro Santana y Buenaventura Báez, Ulises Heureaux (Lilís)y Rafael Trujillo, dejaron una huella tal que la mayoría de quienes llegan al poder actúan con la misma actitud de ellos. Se repite la caricatura de mal gusto de gobiernos que mantienen, permiten y prohíjan la corrupción y apañan los contrabandos de amigotes, socios, relacionados y corruptores. No hay diferencias importantes entre los gobiernos de los personajes antes citados y los del presente.

El ejercicio de la política, el arte del gobierno, ha sido convertido en una carrera por hurgar entre los basureros a ver quién saca un objeto más corroído o el trozo de materia orgánica que huela más desagradable. Hay un constante ejercicio hacia la desmemoria. No importa lo que se dijo o se prometió ayer, hay que actuar conforme a las circunstancias sin que importen principios o violaciones a la moral.

El descaro y las dobleces están a la orden del día y lo peor es la fuerza de cara para actuar como quien ha ganado el respeto del pueblo con una vida austera, un ejercicio profesional honesto y una actitud y practica política correcta.

Actúan con doble moral, doble cara y como la gatita de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Los partidos mayoritarios, de la Liberación Dominicana, Revolucionario Dominicano y Reformista Social Cristiano, tienen diferencias de hombres y de métodos pero son conformados por dominicanos, con las grandes virtudes y los graves defectos de nuestra sociedad.

Lástima que en los tres partidos el patrón que sigue la mayoría es el de los graves defectos por encima de las grandes virtudes. Ello, a juzgar por los hechos.

Se habla de reforma constitucional y de consenso.

Los tres partidos mayoritarios han pasado por el gobierno y no han hecho la reforma constitucional necesaria, que reorganice y democratice el país, quizá por aquello de que una cosa es en la oposición y otra cuando se está en el Gobierno. Si la reforma constitucional será fruto de una junta de los tres partidos para repartirse el pastel, de eso ya está bueno.

Por eso se habla de fracaso de los partidos, que no es tal, quienes fracasan son los politiqueros, los ladroncillos de saco y corbata que asaltan el poder y actúan para su beneficio.

Dado que este es un país pequeño, todos nos conocemos. ¿Recuerda usted cuando Fulano o Zutano pedía 10 cheles para tomar un carro y llegar a la Universidad Autónoma de Santo Domingo? Lea su declaración de bienes, si es que la llena, lea su planilla de Impuestos Internos y se asombrará de cómo algunos vivos reproducen aquí el milagro de Jesús con los panes y el pescado.

Están asociados. Son los mismos.

La diferencia está en el color de la gorra. Para ellos, la “gobernabilidad” es repartirse los puestos de los ayuntamientos.

Así intentarán hacer la reforma constitucional, un adefesio para consolidar intereses espurios, no un instrumento para organizar y democratizar el país. Como dijo el doctor Viriato Fiallo: ¡basta ya!

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