Basta ya con la proliferación de partidos políticos

Basta ya con la proliferación de partidos políticos

Mientras la Junta Central Electoral (JCE) no elabore un régimen estricto de adecentamiento para ejercer la política partidista en nuestro país, el desorden se encimará sobre aquellos partidos que solo participan en los comicios electorales, para redondear la tajada económica que le asigna ese organismo regulador y mantenerse vigente en la repartidera del dinero del contribuyente, quien asiste impotente a la dilapidación de sus recursos, que bien pudieran servir para paliar las múltiples necesidades en la cual se encuentra empantanado nuestro país.
El pleno de la JCE decidió el día 7 del corriente mes, reorganizar el orden en el cual los partidos políticos recibirán los recursos que ella asigna, tomando en cuenta la totalidad de los votos escrutados en la última elección, lo cual varió ostensiblemente el posicionamiento con respecto a la anterior, lo cual ha motivado la protesta de los denominados partidos emergentes y hasta el que hasta esa fecha se consideraba en la segunda casilla, el decadente Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Es inconcebible señalar, que en el país existen 27 partidos políticos, algunos de ellos tan minúsculos, que solo sobreviven por haberse aliado con uno de los cuatro principales; otros por haber obtenido algún representante en las cámaras legislativas o ediles en los municipios. Creemos, que dada la exigua población nuestra, los partidos políticos no deben exceder de la decena.
En orden de controlar esta sobreabundancia de entelequias políticas a las cuales se les otorga inmerecidamente el nombre de Partido, las reglas de juego para la subsistencia de los mismos, deben ser cambiadas. Actualmente se les ha permitido a los minúsculos partidos reconocidos (bisagras), que no han obtenido el 5% de la votación general, permanecer vigentes si están aliados a un partido mayoritario que haya obtenido ese porcentaje. Para sanear el partidarismo enquistado en ambiciosos políticos, que únicamente piensan en los emolumentos que percibirán de la JCE, el mínimo 5% debería aplicarse a toda la universalidad de los votos recibidos por dicha entidad, sean estos presidenciales, congresuales o municipales, sin importar su condición de aliado o coligado.
Es un descaro ver a “politicastros” verdaderos profesionales del “picoteo”, vivir del sudor de los dominicanos que estamos hartos en la campaña electoral, de tolerar la profusión de afiches, banderolas, cruzacalles y el embadurnamiento de paredes, contenes y puentes, con siglas de partidos políticos que por ser tan insignificante su membresía, los que los ven piensan que es un nuevo aditivo para combustible.
En el nuevo ordenamiento se produjeron muchas sorpresas. Partidos que se creían con más militantes que otros, quedaron relegados a posiciones menos desventajosas para los mismos, lo cual significa que recibirán menos recursos económicos y por lo tanto, la repartición entre los “dirigentes con ínfulas de líderes” se reduciría en menos de la mitad de lo que les tocó en las elecciones del 2012. ¡Todo una tragedia para ellos!
Si bien es cierto que la democracia implica la libertad de accionar en política partidista, no es menos cierto, que el Estado Dominicano no debe asignar RD$1,610 millones de pesos, donde el 80% fue a parar a los cuatro mayoritarios. Desprenderse de esa cantidad de dinero para “alimentar” la boa partidaria, para despilfarrarlo en bebidas, “caravaneos” y mítines en donde las más perjudicados son las aves, por la cantidad de pica pollos que se reparten entre los asistentes.
El Estado Dominicano debe estar consciente que se le debe poner un alto a estas acciones, que finalmente solo conducen a que una serie de individuos apócrifos, derrochen en juergas y compras de cédulas, dinero que no les costó una gota de sudor y que como el maná, les cayó del cielo. En otros países más organizados y civilizados que el nuestro, los partidos políticos deben agenciarse los recursos por medio de convencer a individuos solidarios con su candidatura. ¡Ya está bueno de que se nos coja de pendejos!

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