Basura en el gran Santo Domingo

Basura en el gran Santo Domingo

La provincia Santo Domingo está convertida en un gran vertedero de basura. Lo peor del caso es que no parece haber causa que justifique el descuido en que han caído las demarcaciones correspondientes a las alcaldías y juntas municipales. Desde las elecciones de mayo hasta el 16 de este mes ha habido  un  relajamiento en la intensidad de las tareas de limpieza y la acumulación de desperdicios ha llegado a convertirse en una real amenaza para la salud.

Al estrenar sus cargos los nuevos alcaldes y encargados de juntas municipales, e inaugurar nuevo período los reelectos, ha abundado la promesa de trabajar por el avance de las demarcaciones y esto, por supuesto, incluye la recogida de toda la basura acumulada. Ya pasó el letargo que afecta la marcha de buena parte de la administración pública durante el período de transición entre las elecciones y la fecha de cambio de mandos.

Santo Domingo debe ser el escenario de esa “revolución” que están prometiendo las autoridades municipales, nuevas y reelectas. Ya no hay asidero para mantener una acumulación de desperdicios que, aparte de amenazar la salud de todos, debería llenarnos de vergüenza. Es hora de trabajar, de barrer bien como escobita nueva, para que Santo Domingo vuelva a ser ambiente respirable y placentero.

Una sabia decisión

Los senadores han desistido, al menos por el momento,  de legislar para aumentarse los sueldos. El anuncio de que harían algo semejante provocó reacciones de repulsa pública. Los senadores entienden que en materia de prestaciones sociales, estarían en desventaja ante los diputados. Han defendido de manera resuelta la figura odiosa del barrilito, un fondo que tendría por objeto cubrir actividades sociales de estos legisladores en sus respectivas comunidades.

Probablemente el repudio a estos aumentos obedece al hecho de que lo diseñan y aprueban los propios beneficiarios. Nadie debe legislar para ventaja propia, pero aquí se hace como si fuera lo más normal. Los sueldos de los legisladores tienen muchos complementos, algunos cuestionables. Debe haber un modo para lograr que los sueldos de los legisladores sean aprobados en otro ámbito que no sea el propio Congreso. Mientras, aplaudamos la decisión de los senadores de frenar el alza salarial.

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