Toneladas de residuos sólidos, entre ellos colchones, estufas, pedazos de neveras, puertas de vehículos, envases plásticos, palos, lodo y otros, taparon cañadas como la de Don Bosco, en Los Guandules, Distrito Nacional, al llegar a la avenida Paseo del Río, dentro del proyecto Nuevo Domingo Savio.
Brigadas y equipos mecánicos contratados por la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entorno (Urbe) destapaban ayer las tuberías que cruzan por debajo de la vía de donde extraían toneladas de desperdicios.
Los recientes aguaceros desbordaron las cañadas que nacen en la parte arriba de la avenida Francisco del Rosario Sánchez, por lo que sus aguas arrastraron todo lo que encontraron hacia el río Ozama.
Las consecuencias
Para que la cañada pudiera fluir y lanzar sus aguas al Ozama, brigadas y equipos fueron obligados a romper un tramo del área infantil del Paseo del Río, donde se descubrieron colchones, puertas de carros, palos, lodo y plásticos que represaban las agua.
Al quedar represada, la cañada subía a decenas de viviendas próximo a la avenida, cuyo primer tramo fue inaugurado por el presidente Luis Abinader en diciembre.
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Lo ocurrido en Domingo Savio es la muestra más palpable de la falta de conciencia de los ciudadanos en cuanto al manejo y disposición de los residuos sólidos, en la que cargan con gran responsabilidad los cabildos, quienes no arrancan con programas de educación sobre la materia.
En estos momentos Urbe continúa el trabajo en frentes, como la canalización de la cañada Bonavide, que nace en María Auxiliadora, sigue por Guachupita y Los Guandules y desemboca en el Ozama.
¿Dónde?
Entre los frentes, están la estabilización de 750 metros de borde del Ozama, desde el puente Juan Bosch hasta los pescadores, para ampliar la vía perimetral a seis carriles. La profundidad en la que trabajan es de entre 6 y 14 metros dentro del Ozama.